Eivissa se enfrenta a otro verano complicado en recursos hídricos debido a la falta de lluvias de los últimos tres años, lo que provoca que la isla siga en situación de prealerta por sequía. La directora general de Recursos Hídrics del Govern, Joana Garau, no garantiza un suministro de agua de calidad y asegura que la situación que vive Eivissa no se solucionará con la puesta en marcha de la desaladora de Santa Eulària y la interconexión de estas plantas sino con una «buena planificación del recurso» y un «aumento de la concienciación» tanto por parte de los ayuntamientos como de los ciudadanos.

—¿Puede garantizar que habrá suficiente suministro de agua este verano y que sea de calidad?
—Los recursos son los que son y el problema es que en Eivissa llevamos tres inviernos en situación de prealerta por sequía; en el año 2014 llovió muy poco y pienso que aún se están viviendo los efectos de la sequía meteorológica que se vivió ese año y que fue bastante importante. El año pasado hubo muchísima ocupación turística y se vivieron situaciones que no fueron deseables. En Eivissa hay poca agua subterránea y lo que está pasando es que como llueve poco, no se recargan los acuíferos. Este invierno se ha estado trabajando para mejorar un poco la situación, pero yo no puedo garantizar nada porque depende de la gestión que se haga a nivel municipal, de las fugas de las redes y de la concienciación ciudadana, entre otros factores. Desde aquí hemos intentado interconectar la desaladora de Santa Eulària, pero a este verano ya no vamos a llegar; sí que esperamos que parte del municipio de Santa Eulària se pueda conectar a la desaladora, pero no se podrá conectar este verano al anillo. Este verano puede ser igual de complicado que el pasado, pero aún no lo sabemos con certeza.

—Entonces da por hecho que la desaladora de Santa Eulària no estará este verano, ¿no?
—Si la recepcionamos pronto podrá empezar a funcionar, pero no podrá estar conectada al anillo de interconexión; la interconexión no será posible este verano.

—¿Y en lo que resta de año es posible que se llegue a producir la interconexión?
—Es posible, sí, pero depende de muchos factores porque, por ejemplo, el material necesario se fabrica a medida y en el momento. La obra en sí se podría ejecutar en pocos meses, pero hay un montón de cosas que no están en nuestras manos y que no podemos controlar porque dependen de terceros, pero lo que está claro es que tiene la máxima prioridad para nosotros y se hace lo más rápido que se puede.

—¿La desaladora de Santa Eulària y la interconexión entre las plantas es la solución al problema que está viviendo Eivissa?
—Pienso que la solución pasa por hacer una buena planificación del recurso. Desde el año 2011 no se estaban haciendo campañas de sensibilización y luego los ayuntamientos tienen que ser muy conscientes de la responsabilidad que tienen para mantener en buen estado las redes de abastecimiento; esto es básico. Luego, nosotros como ciudadanos debemos empezar a valorar el agua que tenemos y el precio que estamos pagando por ella porque no estamos pagando lo que realmente vale y queremos un agua buena y de calidad. Vamos a intentar entre todos concienciarnos de la necesidad de consumir agua de manera responsable para aprender a valorar este recurso.

—¿Qué es exactamente lo que ha hecho el Govern este invierno para paliar la situación?
—En septiembre decidimos emprender unas medidas cautelares que iban encaminadas a disminuir la presión sobre el recurso en invierno. Por ejemplo, Sant Antoni y Vila tienen acceso a agua desalada y la empresa concesionaria nos comunicó que este invierno en estos dos municipios se ha estado usando únicamente agua desalada, por lo que este verano tendremos algo más de recurso del que disponer. El indicador de reservas hídricas nos muestra que en enero estábamos mejor que el año pasado, pero que en febrero estamos peor que en 2015.

—El acuífero de sa Serra Grossa es uno de los más explotados y el que en peor estado se encuentra, ¿esta situación de escasez es generalizada en todos los acuíferos ibicencos?
—Los acuíferos que están peor son los que tendrán reestricciones con el decreto de sequía, que además del de sa Serra Grossa son el de Cala Llonga y Roca Llisa; estos tres son los que están peor históricamente hablando. Por lo general, allí donde hay más presión demográfica es donde encontramos los acuíferos más sobrecargados. El de Sant Agustí muestra tendencia a estar bastante mal ya que está en los últimos años con un índice de sequía importante y está en alerta desde 2014 y aún no ha salido. Manejamos cuatro grados con el índice de sequía: una situación de estabilidad donde no hay problema, una situación de prealerta que es donde se encuentra Eivissa de forma generalizada, la situación de alerta que se ha entrado bastante a menudo en los últimos años y, por último, la situación de emergencia. Santa Eulària y Sant Llorenç en los dos últimos años están en situación de prealerta. En los últimos años, además, la masa de Jesús tiene muchos altibajos, pero desde el año 2012 se mueve más en una situación de prealerta y alerta que en una situación de estabilidad. Los mencionados hasta el momento son los que están peor. La zona norte de la isla, que es la que menos presión demográfica tiene, es la que presenta unos indicadores bastante buenos.

—¿Cree que Eivissa debe plantearse limitar la entrada de turistas?
—Pienso que sí, que ha llegado el momento porque, de hecho, lo que ha estado pasando en los últimos años es que la demanda supera la capacidad que tenemos del recurso de agua. También he de decir que se puede gestionar mejor seguro. Es verdad que las pérdidas de agua en las redes municipales de la isla de Eivissa eran muy elevadas y me consta que los ayuntamientos están trabajando para mejorar esto. En el caso concreto de Eivissa, no se ha hecho ninguna gestión del agua y en los últimos diez años estamos viendo claramente cómo los recursos han ido disminuyendo, lo que genera que haya poca disponibilidad.

—¿Los ayuntamientos están concienciados con la escasez del recurso del agua?
—Sí. Pienso que son muy conscientes porque son los primeros que reciben la opinión del ciudadano y tanto con el Consell d'Eivissa como con los ayuntamientos hay una comunicación muy fluida y me consta que están trabajando. Con el decreto de sequía, los ayuntamientos se comprometen a hacer un estudio de detección de fugas en la red municipal; es obligatorio y en el caso de que se sobrepasen el 20% de fugas deben poner en marcha un programa para mejorar la red.

—¿Qué medidas concretas contempla el decreto de sequía?
—A grandes rasgos, lo que pretendemos es disminuir la presión de los acuíferos durante el invierno para tener más disponibilidad del recurso cuando más demanda hay, que es en verano. Hay medidas de reducción de volumen autorizado para diferentes usos y en las que no se harán nuevos aprovechamientos, también está la obligación de usar agua desalada en exclusiva durante el invierno y luego la venta de agua en camiones que sea también desalada. A esto hay que sumar que los ayuntamientos deben promover la concienciación ciudadana sobre la escasez del recurso.

—¿Esta última sequía se ha acentuado por el aumento de la presión demográfica?
—Guarda relación, pero lo curioso es que las sequías son habituales en el Mediterráneo y no se han tenido en cuenta a la hora de planificar el recurso. Esto es cíclico y es una situación que se suele dar. La memoria en temas de agua es un poco corta porque cuando abres el grifo y sale no hay ninguna preocupación. Te empiezas a preocupar cuando abres el grifo y ves que no cae gota. Hemos vivido sequías como la actual, concretamente, a finales de los años 90 y principios de 2000, que fue cuando se pusieron las desaladoras por las islas.

—En cuanto a depuradoras, ¿este verano piensa que la acumulación de lodos podría volver a bloquear la EDAR de Vila?
—Sinceramente, espero que no. La depuradora de Vila está infradimensionada para toda la población que tiene, por ello se ha previsto hacer una nueva instalación. El problema del año pasado espero que no vuelva a suceder, entre otras cosas, porque se ha estado haciendo un mantenimiento este invierno y en principio no tendría que volver a pasar lo mismo.

—¿Qué solución da a Santa Eulària y al resto de municipios para que no vuelvan a sufrir el problema de la acumulación de lodos en las EDAR?
—Continuamos trabajando en este sentido porque el tema es que el plan director sectorial de residuos de Eivissa prevé que se haga una planta de compostaje para el tratamiento de estos lodos y mientras no se haga, este plan establece que los lodos deben ser depositados en terrenos como abono. El año pasado tuvimos muchos problemas para encontrar fincas donde depositarlos porque generan molestias a los vecinos y eso impidió que, en algunos casos, no se pudieran extraer los lodos correctamente de las depuradoras con el consiguiente mal funcionamiento de la instalación. Estamos trabajando para ver si podemos conseguir fincas en las que aplicar estos lodos de depuradora y prepararlas y luego valorar algún punto alternativo donde poder almacenarlos de manera temporal. El hecho es que se generan molestias a los vecinos por muy bien que se apliquen; es complicada la situación.

—¿Se baraja la posibilidad de crear un almacén, un espacio físico, donde almacenar estos lodos?
—De momento no se puede decir nada, pero sí que estamos mirando diferentes alternativas. Se está valorando la posibilidad de un almacén temporal, pero hay que ver si técnicamente es viable. El plan director de Eivissa prevé que se apliquen en los terrenos hasta que no haya una planta de compostaje; hace más de 10 años que tendría que estar hecha.