Paso a Paso, objetivo Torremolinos

La representación de la academia ibicenca, que llegó ayer a Málaga, competirá esta noche, a las 21.00 horas en la categoría de danza española y lo hará con un grupo de 10 alumnos, 9 chicas y un chico, de edades comprendidas entre los 14 y 19 años. Para la competición, el profesor de la escuela Miguel Barranco y sus alumnos han preparado una pieza de danza estilizada. «Se trata de una coreografía distinta, porque es como una fusión. Es algo más moderno y actual que lo que conocemos por el concepto clásico de danza española», explica una de las alumnas que participará en la final.

En la categoría de danza española, la escuela ha sido seleccionada junto con otros seis centros de formación para entrar directamente a la final. «El motivo es que esta categoría tan sólo se practica en España, como es lógico, con los que las academias seleccionadas no tienen que presentarse a semifinales, sino que pasan directamente a la final del campeonato», señala la directora del centro ibicenco, Conchi Monroy.

Diez alumnos de la escuela

Los diez alumnos de Paso a Paso están centrados estos días en los ensayos de cara a la competición que tendrá lugar esta noche y también en la preparación de un flasmob, una coreografía en la que colaboran todos los participantes del campeonato con el objetivo de sorprender y divertir al público con una actuación espontánea.

Hasta Torremolinos también se han desplazado las familias de los alumnos de Paso a Paso participantes con el objetivo de compartir la experiencia con los jóvenes. La directora del centro, Conchi Monroy, también ha viajado hasta la conocida localidad malagueña para darle la enhorabuena a sus alumnos y aconsejarles que disfruten mucho de esta nueva experiencia. Monroy ha querido transmitirles que ganen o no, para Paso a Paso y su profesor Miguel Barranco, «ya han obtenido el mejor de los premios que es el de la constancia y el de disfrutar bailando».

La directora de la academia de baile considera que en este tipo de experiencias, los jóvenes trabajan mucho la autoestima, pues por el hecho de haber sido seleccionados y bailar delate de un jurado «consiguen aumentar la confianza en sí mismos». Por otra parte, asegura Conchi Monroy, «aprenden mucho al poder observar y convivir con las rutinas de trabajo de bailarines de perfiles más altos. Y eso ya es un gran premio», valora.