En la restauración se arregló la capilla del pozo porque estaba en peligro de hundimiento. | Daniel Espinosa

Se cumple ahora un mes de la reinauguración del Pou des Carbó, situado en la Platja de Mitjorn de Ses Salines. La idea partió de Sa Colla de Sant Jordi y fue incluida dentro del programa Apadrina Patrimonio del Ayuntamiento de Sant Josep. Un programa que, como explica la segunda teniente de alcalde de Sant Josep, Paquita Ribas, nació en la legislatura del 2007 con la idea de «hacer crecer en la ciudadanía la voluntad de querer recuperar el patrimonio ibicenco» y que ha provocado que su recuperación comenzara con el anterior gobierno josepí de Neus Marí y haya terminado con el actual que preside Josep Marí Ribas, Agustinet.

Sin embargo, el aspecto que luce a día de hoy este pozo dista mucho de lo que los operarios se encontraron el año pasado cuando se pusieron manos a la obra. «Quien no haya visto el antes pensará que sólo se ha pintado un poco, pero hemos tenido que reconstruir absolutamente todos los muros, arreglar la capilla del pozo porque se caía poniendo en peligro su propia integridad y podar la vegetación que invadía toda el área», confirmó Pep Torres, director de Antiquarium Arqueología y Patrimonio, empresa encargada de la restauración del Pou des Carbó.

La intervención

Fueron el Ayuntamiento de Sant Josep y el Consell d'Eivissa los que les encomendaron el proyecto, sobre el que ya llevaban tiempo trabajando y planificando la intervención. Algo que les sirvió para incluir muchos recursos a nivel de empresa y ejecutarlo en un corto periodo de tiempo. En este sentido, la primera parte de los trabajos consistieron en «deforestar toda la vegetación, ya que las raíces pueden acaban tirando los muros y afectar a la estructura del bien patrimonial». Después, comenzó un trabajo más puramente restaurador, basado en el estudio de los materiales que se habían utilizado para construir el pozo original, documentado ya en un mapa de 1765, y una vez elegidos se procedió a su lenta recuperación.

Antiguamente y durante su período de mayor esplendor, el pozo abastecía de agua no solamente a las casas colindantes sino también a la máquina de vapor del trenecillo que en el siglo XIX transportaba la sal desde Ses Salines hasta el cargador. Por ello, se convirtió en una parte fundamental del engranaje del proceso de industrialización que vivió la isla de Eivissa. Sin embargo, Torres confirmó que ahora, en 2016, la idea «es reincorporar el pozo a la sociedad dándole otros usos y convirtiéndolo en punto de encuentro obligado para muchos pitiusos porque, aunque este tren dejó de existir, sigue existiendo en la memoria de muchos ibicencos».

Aún así, la recuperación del Pou des Carbó no ha sido pensada únicamente para transformar la zona en un mero elemento decorativo o punto de encuentro de la sociedad. Aprovechando que actualmente el pozo tiene agua está siendo utilizado para abastecer a su entorno. «De momento, el camino se ha recuperado sólo hasta la esquina pero antiguamente el agua llegaba a unos depósitos situados en la rotonda, por lo que se propondrán proyectos y desde el Consell estaremos encantados para que se amplíe y tenga otras utilidades», explicó al respecto la consellera de Promoció Turística i Cooperació Econòmic, Pepa Marí.

Para que esto se consiga, lo más importante es que se realice un mantenimiento de cara al futuro. En este sentido, Pep Torres aseguró que aún no se han previsto esta tareas pero que «seguramente habrá que realizarlas cada año más o menos». Concretamente, hizo hincapié en el control de la vegetación de los alrededores para que no vuelva a quedar abandonado o darle, cuando sea necesario, una manita de almagra. «Lo principal es que no caiga otra vez en desuso, ya que al menos desde hace 60 años había quedado inactivo tras dejar de existir ese tren», confirmó Torres.

Otros proyectos del Consell

Ahondando en el trabajo de restauración del Pou des Carbó, Pepa Marí aseguró que una de las líneas que se quieren impulsar desde el Consell, en colaboración con los ayuntamientos de la isla, «es la recuperación del patrimonio». 'Algo para lo cual se está impulsando «un proyecto con fondos estatutarios que ya tiene mucha trayectoria». Según apunta la consellera dicho proyecto ya está realizado, «a la espera de que se tramiten los permisos» y tendrá un presupuesto de 1.100.000 de euros para continuar con la obra de Ses Salines, «soterrando el cableado de baja tensión para que quede libre de cables eléctricos y acondicionando caminos para ir en bicicleta». Además, se quiere conseguir que alguna de las rutas conecte con el Pou des Carbó «para darle más uso y que la gente lo conozca más».

Así, se espera que para finales de 2016 y principios del año que viene ya se pueda trabajar junto con GESA y con el visto bueno del Parque Natural de Ses Salines. Según Marí «es un proyecto muy interesante, porque para quitar tendidos aéreos se necesita una logística a nivel de electricidad y porque se prevé recuperar algunos de los estanques más alejados y que ya no ese utilizan para sacar sal para hacer algún montículo que ayude a la reproducción de las aves migratorias».