Mestre Sureda, miembro de la Comissió Cívica Tricentenari 1715-2015, es uno de los mayores expertos en la Guerra de Sucesión española y los efectos que tuvo sobre la corona de Aragón y sus territorios. Por ello, a través de algo más de 100 imágenes de Power Point explicará lo que este conflicto entre las dinastías de los Austria y de los Borbones supuso para el Reino de Mallorca y por supuesto Eivissa. «Es muy triste que muchos de los actuales habitantes de la isla no conozcan el papel heróico que jugaron de sus antecesores durante la contienda, incluso durante la defensa de la ciudad de Barcelona, y por ello, mi conferencia buscará rendirles un merecido homenaje», explicó ayer el escritor a este periódico.
Héroes anónimos
En este sentido, Mestre Sureda recordó a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA los marineros y artilleros ibicencos que perdieron su vida por defender la causa del Archiduque Carlos de Habsburgo. «Hay muchas historias y testimonios que hablan de su coraje y de cómo el color rojo de la sangre tiñó el mar en intensos combates en los que participaron naves y tripulaciones llenos de hombres de la isla e, incluso hay nombres muy conocidos como el del artillero Francisco Costa, uno de los héroes del asedio a Barcelona».
Igualmente, durante la conferencia también habrá espacio para hablar de Manuel Valls, una figura histórica que tuvo el triste privilegio de ser el Governador Civil de la ciudad de Cardona, la última que se rindió en Catalunya, el 18 de septiembre de 1714, y de ser el último representante político de Eivissa, la última ciudad que claudicó ante el ejército de Felipe de Anjou, posterior Felipe V. «Fue un personaje que jugó un papel muy importante en la historia porque antes de marcharse a Viena permaneció hasta el último día en Eivissa, incluso mucho más que el virrey, que abandonó la ciudad a las primeras de cambio», explicó Mestre Sureda.
Además, y según el escritor y político, su papel también fue fundamental para que en nuestra isla no se produjera un asedio tan sangriento y brutal como el que sufrió la ciudad de Barcelona y como el que sufrió en menor medida Mallorca, que cayó el día 2 de julio. «Eivissa capituló definitivamente un 12 de julio de forma tranquila y aunque hubo algún que otro escarceo se puede decir que la transición se llevó a cabo de forma más o menos ordenada y tranquila».
Años de opresión
Desgraciadamente, la llegada de la corona de Felipe V supuso un paso atrás para las gentes de Eivissa. «La implantación del modelo borbónico provocó que se pasara de un modelo de estado como el de la corona de los Austrias donde se dejaba poder de decisión a cada uno de los territorios que formaban parte del reino a un sistema casi de dictadura milita, absolutista y centralista, donde todo el poder estaba enfocado en una única persona, el rey», confirmá Mestre Sureda.
Algo que se vió reflejado en el «recorte absoluto de libertades» al eliminarse los distintos órganos de gobierno propios y «en un empobrecimiento de la población al tomarse medidas como la expropiación por parte de la corona de las Salinas de Eivissa y Formentera». Un hecho que provocó, según el ponente, «revueltas graves durante el siguiente siglo, un sobre coste tremendo en los impuestos que llegaron a incrementarse hasta un 7,5% e, incluso, en el retraso de la edad de casamiento y de la llegada de los hijos por parte de los ibicencos».
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