Desde el consistorio, insistieron en que «no se trata de una retirada» de la posidonia, sino de «cambiar la ubicación de algunas cantidades para generar zonas más libres» con el objetivo de despejar la zona de restaurantes que abren durante todo el año en la playa de Talamanca. «A pesar de que mucha gente vea la posidonia como suciedad, lo cierto es que no lo es y que tiene una función ambiental importante», señalaron fuentes municipales, quienes destacaron que la ordenanza de playas aprobada la pasada legislatura con el consenso de todos los grupos especifica que «no se retirará durante el invierno por su importancia para la protección del ecosistema dunar».
No obstante, Juan Rocher, director del Hostal Talamanca y vicepresidente de la Asociación de Vecinos del barrio, pidió que, aunque no se retiren de la playa, los montones de posidonia no deberían ubicarse enfrente de los negocios abiertos y tendrían que ser trasladados a otros lugares de la bahía.
Mientras tanto, los técnicos contratados por Costas continúan trabajando en el cambio de la pasarela. De momento, ya se han instalado 400 metros de maderas, más o menos la mitad de lo previsto. Ayer acabaron de rematar la escollera y el nuevo puente de madera que une la pasarela con el paseo marítimo existente y que evitará que el agua se acumule en esta zona cuando llueve.
Los operarios de Costas están trabajando ahora en la construcción de la nueva pérgola de madera ubicada a la entrada de la playa junto al Bar Flotante. Esta nueva estructura, que estará acabada la próxima semana, tendrá los listones más juntos y proporcionará una mayor sombra que la que había anteriormente.
Según informaron fuentes conocedoras de la obra, las obras de sustitución de la pasarela, adjudicadas por un valor de 600.000 euros, estarán terminadas antes del próximo 20 de diciembre.
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