El vicepresident del Govern y conseller de Turisme, Biel Barceló, asegura que el sector turístico de Eivissa y Formentera y el conjunto de los ciudadanos no se debe preocupar por la incidencia del nuevo impuesto turístico ya que, según prevé, «no bajará la llegada de turistas» y habrá un reparto equilibrado de la recaudación, aunque aún no han determinado cómo se hará.

—El borrador del impuesto de turismo sostenible establece que habrá un sistema de ‘caja única' y que se decidirá por proyectos, ¿esto es inamovible?
—En el borrador también se establece que se tiene que cumplir el criterio de equilibrio territorial. Desde el Consell d'Eivissa se nos ha pedido que se concrete más en qué consistirá este criterio garantizando así que una parte de los proyectos puedan llegar claramente a Eivissa. Nos hemos comprometido a estudiar de qué manera se puede hacer. Habría distintas maneras: una puede ser por la Ley de Financiación de Consell, otra podría ser atendiendo a un porcentaje que se establezca y otra incluso podría ser que cada isla se quedara con su recaudación; nos han puesto encima de la mesa estas opciones y nos comprometemos a estudiarlas. No hemos concretado cómo quedará reflejado el equilibrio territorial.

—De estas tres opciones, ¿hay alguna por la que usted como conseller de Turisme y vicepresident del Govern se decante más?
—Debe depender del plan de prioridades que establezcamos anualmente de manera conjunta con los consells insulars.

—Una de las reinvindicaciones del sector turístico es que lo que se recaude en Eivissa, se invierta en Eivissa, ¿puede ser más viable esta opción que las demás para garantizar el reparto territorial?
—Lo vamos a poner encima de la mesa, pero no es la opción prioritaria que manejamos en este momento. Es decir, equilibrio territorial de lo recaudado habrá, pero habría que buscar otras vías, como establecer un porcentaje mínimo o bien a través de la Ley de Financiación de Consells.

—¿Qué estimación hacen de lo que se podría recaudar en Eivissa y Formentera?
—En el conjunto de Balears calculamos que serían entre 50 y 80 millones anuales por año completo, no en 2016 que no será un año entero. En el caso de Eivissa y Formentera no tenemos el dato concreto, pero se podría hacer una estimación en función de los turistas que llegan y los que se alojan en establecimientos turísticos.

—Existe el temor de que en la comisión que decida los proyectos a los que se destinará la recaudación no sea equilibrada en el sentido de ‘una isla, un voto' y que tenga más peso en las decisiones, por ejemplo, Mallorca que Eivissa.
—La última palabra la tiene el Govern, que para eso es quien pone el impuesto y lo recauda. En la mesa de la comisión estarán representados los consells insulares, el sector económico, social y medioambiental y a partir de ahí decidiremos el plan de prioridades anuales y cuáles son los proyectos que entran dentro de este plan después de que cada consell insular o el mismo Govern hayan presentado sus propios planes. El tema de que cada isla no se quede lo que se recauda en ella nos debe permitir que el Govern pueda presentar proyectos porque hay proyectos que serán de ámbito balear; si cada isla se queda lo que recauda no habría proyectos de ámbito balear. Por eso digo que hay que buscar el equilibrio territorial, que he de decir que está garantizado, pero tenemos que buscar la fórmula para hacerlo.

—¿Qué criterios básicos seguirá esta comisión para decidir los proyectos?
—Se priorizan los de carácter medioambiental, infraestructuras ligadas al turismo sostenible o bien proyectos que ayuden a la desestacionalización turística. También los que contribuyan a mantener el patrimonio y aquellos que ayuden a la innovación y diversificación económica y también el tema de la mejora de la calidad en la ocupación laboral turística.

—¿Qué le diría a quien está en contra del nuevo tributo?
—Parece que llega el fin del mundo cuando realmente estamos hablando de que es una pequeña subida que irá para la mejora del destino y que se aplica en muchas partes de la UE sin que pase nada. En Cataluña no han dejado de ir turistas y se aplica en toda la comunidad, no sólo en la ciudad de Barcelona. No dejarán de venir turistas a Balears, ni a Eivissa y Formentera en este caso, porque no es un impuesto contra el turismo sino a favor de mejorar las Pitiüses en este caso como destino turístico.

—¿Y qué mensaje le transmitiría al ibicenco y formenterés de a pie que desconfía de que se vaya a invertir la recaudación de manera proporcional en Eivissa y Formentera?
—Hay un tema que entendemos desde el Govern y es que existe una reivindicación desde Eivissa en el sentido de que ha sido una isla que no se ha tenido en cuenta a la hora de las inversiones del Govern en general, ya no sólo por el impuesto turístico sino en transporte, educación y sanidad. Hay que solucionar el problema de financiación de Balears porque es grave y no podemos cubrir nuestros servicios básicos públicos. Y les diría también que tenemos el compromiso del equilibrio territorial para que las inversiones del nuevo impuesto tuístico se repartan.

—¿Temen algún tipo de ‘rebelión' por parte de los empresarios pitiusos y que decidan, por ejemplo, que se niegan a cobrarlo?
—El sector económico y empresarial no está a favor del nuevo impuesto, es evidente, pero realmente desde el Govern queremos minimizar el impacto que tendrá porque estamos hablando de que el incremento del paquete turístico para una familia de cuatro miembros con dos niños menores de 14 años puede oscilar en torno a un 1%. Entiendo que estén un poco preocupados, pero hay que entender que el objetivo, la idea, es mejorar la imagen, la oferta y el medio ambiente de cada una de las islas. Podrán acogerse al sistema de estimación directa o estimación objetiva. No deben pagarlo ellos; deben cobrarlo al turista y si lo pagan de su bolsillo es que no lo repercuten a quien deberían repercutirlo.

—Ya ha comentado que no prevén que baje la llegada de turistas, ¿y de cruceristas?
—En Barcelona no ha habido un descenso en las escalas; estamos estudiando el tema de que paguen todos los cruceros, no sólo los que hacen escala sino también los de destino, es decir, los que salen o llegan de Balears.

—¿En qué se diferencia este nuevo impuesto de la anterior ecotasa?
—Tienen varias diferencias. La finalidad en este caso es más medioambiental porque está ligada al turismo sostenible. En segundo lugar distinguimos entre temporada alta y baja y, además, hemos excluido a los menores de 14 años. Por otra parte, entran todos los alojamientos y esto es muy importante porque antes únicamente se cobraba en hoteles y ahora se trata de todo el turismo residencial; ésta es la diferencia más importante.

—¿Quien alquila, por ejemplo, su piso por días a turistas en la plataforma Airbnb también pagará?
—Si se demuestra que es un alquiler turístico deberá pagar, pero si viene por el arrendamiento por vía civil, por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) ahí nosotros no podemos entrar. Si de manera encubierta lo llevas por la LAU y es realmente un alquiler turístico sí que se cobrará por hacer una actividad que no está dada de alta.

—¿Cómo se hará la regulación de pisos a turistas?
—Tenemos la petición de Eivissa y Formentera de que sea una regulación que tenga en cuenta el problema de especulación en la vivienda que hay en las Pitiüses. Haremos una regulación estableciendo requisitos de calidad sin abrirlo de manera exagerada.

—Ya ha anunciado que apuesta por la promoción turística conjunta en las ferias turísticas.
—Más que conjunta, es promoción turística coordinada. Cada isla debe tener su propia promoción turística, pero de manera coordinada y bajo criterios de eficiencia y coordinación para compartir espacios y que dentro de estos espacios compartidos cada isla haga su estrategia de promoción.