La comisión de Medio Ambiente y Cambio Climático del Senado ha hecho público el informe de la Ponencia de estudio para la evaluación de diversos aspectos en materia de residuos y el análisis de los objetivos cumplidos y de la estrategia a seguir en el marco de la Unión Europea.
En dicho informe se explican los principales problemas que a día de hoy generan vertederos como el de Ca na Putxa en Eivissa y el incumplimiento por parte de determinadas comunidades autónomas de los objetivos fijados por la UE al respecto.
La Ponencia estaba compuesta por diez senadores (3 PP, 3 PSOE, 1 CiU, 1 PNV, 1 Grupo Mixto, 1 Entesa pel Progrés de Catalunya). El documento es un resumen exhaustivo de los trabajos del grupo, y también de las aportaciones de los casi 40 expertos que comparecieron en las diez sesiones de trabajo celebradas entre diciembre de 2014 y octubre de 2015. Al final del informe se incluyen 19 recomendaciones para una adecuada gestión de los residuos que cumpla con las directivas europeas.
Modelo vigente
El informe incluye numerosas referencias al modelo de vertido que sigue vigente en determinados territorios, a sus costes ambientales, y al desajuste en los plazos respecto a lo exigido por la normativa comunitaria. La directiva sobre vertederos incluye un calendario para la reducción de los vertidos de residuos biodegradables. La última fase de este calendario fija un objetivo para 2016: la reducción al 35 por ciento de la cantidad de residuos biodegradables que se vertían en 1995.
En Eivissa, la gestión de los residuos tiene como horizonte la creación de la planta de triaje, que tiene que estar lista en 2020 y que se construirá en los terrenos del vertedero. El objetivo que se marca el Consell Insular es que cuando esté lista la Planta de Selección y Tratamiento de Materia Orgánica, se llevará a cabo una selección mucho más minuciosa, y se reducirá la cantidad final a verter en el vertedero, ya que se recuperarán materiales reciclables de la basura.
Las directrices europeas reclaman que a partir de 2016 es obligatorio el reciclaje de la materia orgánica y a partir de 2020 habrá que reciclar el 50 por ciento de todos los residuos.
Según detalla el informe de la comisión de Medio Ambiente del Senado, el nivel de reciclado en España se sitúa por debajo de la media europea (30% frente a un 42%). El documento concluye que «el problema fundamental de nuestro país es la excesiva dependencia del vertido». Otra de las conclusiones que extrae la comisión es que el reto común es conseguir la inversión de la pirámide de la gestión de residuos, es decir, pasar de una situación en la que el vertido es el destino mayoritario de los residuos, a que sea una forma de gestión minoritaria de los residuos.
En cuanto a la fiscalidad, la ponencia revela que ésta influye de forma determinante en los costes relativos de la gestión de residuos. «Hablamos de impuestos que tienen como única finalidad disuadir de aportar restos al vertedero, que se pagan adicionalmente a lo que cuesta el tratamiento en la instalación. En España las iniciativas de este tipo son aún muy escasas», subraya el informe. En aquellos países donde es más barato verter, el porcentaje de vertido es muy alto. Según este documento del Senado, en España solamente hay tres comunidades autónomas que tengan una fiscalidad sobre el vertido de residuos municipales, ya que no hay un impuesto estatal sobre el vertido. El caso de Catalunya es muy exitoso y es referente internacional en esta materia.
Verdad ambiental
Para los expertos, «es importante que los precios expresen ‘la verdad ambiental'». En 2012 el país de Europa que más toneladas llevaba a vertedero seguía siendo España. ¿Por qué nosotros no hemos conseguido objetivos que otros países de nuestro entorno sí han logrado? Se preguntan los ponentes en el informe. La respuesta es clara: «Los distintos países europeos han ido aprobando una legislación de prohibición del vertido» a través de aumentos progresivos de las tasas. «Cuanto más coste tiene el vertido, más se recicla en ese país», resume el documento.
Entre las recomendaciones finales que recoge el informe se encuentra la de adecuar las tasas de vertido en línea con las cantidades fijadas por los países europeos más avanzados; incorporar todos los costes asociados en el precio del vertido; establecer con ámbito nacional un canon disuasorio para el vertido, progresivo en el tiempo; establecer una hoja de ruta (ver la nota al margen); y combatir con dureza el vertido ilegal.
LA NOTA
Hoja de ruta hacia el ‘vertido cero'
La hoja de ruta de la Unión Europea establece que se prohíba el depósito en vertedero en el año 2020 de residuos con un contenido orgánico COT (carbono orgánico total) superior al 15 por ciento si es el producto de un Tratamiento Mecánico-Biológico, y al 5 por ciento si no lo es.
Asimismo, establece que se limite el depósito en vertedero de materiales reciclables de vidrio, papel, plástico, metal y biorresiduos, y que en total no supere el 25% de los residuos generados en el año anterior.
Por último, recomienda que se prohíba el depósito en vertedero de ningún residuo que no provenga de los rechazos generados en procesos de reciclado o valorización y que no superen en su integración el 5% del total de los residuos generados el año anterior (esto es, técnicamente, el vertido cero).
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