El Consell abre una línea de subvenciones de 30.000 euros para los grupos de folclore

Según informaron, los potenciales beneficiarios son aquellos grupos folclóricos constituidos como asociaciones sin ánimo de lucro que dediquen su actividad al mundo del folclore y la cultura popular y que desarrollen su actividad en el ámbito de la isla de Eivissa.

Esta línea de subvenciones esta dotada con un total de 30.000 euros y las ayudas para cada grupo folclórico son de un máximo de 1.750 euros para cada uno. El objetivo de esta convocatoria es «dar apoyo» a estas agrupaciones, a través de una aportación económica, para el mantenimiento y la recuperación de los aspectos étnicos, para dar a conocer parte de la cultura tradicional a través de canciones, caramelles, bailes, talleres de instrumentos o vestimenta tradicional, así como viajes fuera de ibiza

Desde la institución insular informaron que las asociaciones podrán justificar los gastos realizados durante el periodo comprendido entre el 1 de noviembre de 2014 y el 30 de septiembre de 2015. El plazo de presentación de las solicitudes es hasta el próximo 20 de octubre.

LA NOTA

El Consell trabaja en el cambio de usos de Cas Serres

La vicepresidenta primera del Consell d'Eivissa, Viviana de Sans, explicó ayer que la institución está trabajando en el cambio de usos del edificio polivalente de Cas Serres que pasará de ser “educativo a tener un carácter social y cultural”. La intención del Consell es dar una ubicación a las asociaciones de la isla para que tengan un espacio donde se puedan reunir, aunque de momento desconocen el número de agrupaciones que usarán este edificio. Según detalló De Sans esperan que “sean muchas”, sobre todo asociaciones pequeñas “porque las grandes ya tienen su sede”.

Estaba previsto que, tras la reforma, el edificio polivalente de Cas Serres se destinara a la UNED, aunque el nuevo equipo de gobierno en el Consell d'Eivissa se ha decantado por destinarlo a un centro sociocultural, dejando a la UNED en el edificio de la calle Bes.

Este cambio obliga al Consell a elaborar un nuevo plan de usos que aún está en proceso de redacción.