Dulzura, odio, miedo… son muchos los sentimientos que puede despertar en el espectador un espectáculo de danza. Lo que no puede negarse es que algo consigue transmitir, ya sea rechazo o empatía. Ninguno de los asistentes al último pase del Festival Cultural Nits de Tànit se quedó indiferente.
Con una noche de luna llena, y emplazados entre sombras y luces, los bailarines volvieron a ganarse el aplauso de un público que cerró con ellos la temporada. La última obra, al menos hasta el próximo año, se tituló Encres y la hora de comienzo fueron las 22.00, en el mismo punto de encuentro que de costumbre, el recinto exterior de la Universidad de las Islas Baleares.
Un festival organizado por el Consell d'Eivissa que comenzó en julio y que el sábado finalizó su programación de 2015 con aforo completo, y con varias historias entrelazadas e interpretadas por los bailarines de prestigiosas instituciones como la Ópera de Lyon, el Teatro Alemán de Hamburgo, además de compañías como Elephant in the Black Box Company y Carmelo Segura Companhia. Una producción que entrelazó diversos estilos coreografiados, que alternaban lo clásico con lo contemporáneo, lo sutil con lo violento, contorsiones imposibles y sacudidas en seco que parecían romper y desencajar por completo a los artistas.
Con músicas adaptadas a diferentes situaciones, desde un estilo más flamenco, a un monólogo en francés, pasando por sonidos clásicos a base de instrumentos de cuerda. Historias cotidianas llevadas a la danza e interpretadas sobre un escenario, donde los tonos destacados fueron blancos y negros, aunque de vez en cuando podía sorprender un llamativo rojo. Danzas repleta de sutilezas y bailadas con suma delicadeza, sin abandonar el punto cómico, que despiden otro verano en la isla.
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