Fueron unos navegantes que practicaban pesca recreativa quienes hallaron al ejemplar, enredado en unas botellas de plástico unida por un cabo. Tras liberarla de este rudimentario arte de pesca, que se sospecha que procede de la costa africana, los pescadores avisaron al 112, que activó el protocolo de actuación para salvar al quelonio.
Tras una valoración veterinaria y algunas pruebas, incluyendo una radiografía que descartó lesiones graves, la tortuga boba fue trasladada al CREM. La oceanógrafa de esta entidad, Verónica Núñez, advirtió que «en estos casos hay que llamar al 112 y nunca se deben cortar las redes o plásticos, pues ello supone un riesgo para el animal».
La tortuga permanecerá en las instalaciones del CREM (el acuario de Cap Blanc) y será liberada aproximadamente dentro de un mes. El anterior ejemplar de tortuga boba rescatado con vida por el CREM data de noviembre de 2014.
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