El centro de menores Pare Morey está ubicado en el recinto de sa Coma. | Daniel Espinosa

El director de la Oficina de Defensa de Derechos del Menor, el ibicenco Joan Marc Tur Roig, considera idónea la decisión del Consell d’Eivissa de trasladar el centro de menores Pare Morey a un núcleo urbano y que se le dote de los medios necesarios para atenderlos con todas las garantías. «El refuerzo del personal y el cambio de ubicación son cuestiones que nos gustan», dijo. En su opinión, en los centros de menores, no sólo por el caso del ubicado en sa Coma, «lo ideal es que se facilite la integración, los recursos comunitarios, accesibilidad a los colegios y que se le favorezca un poco que esos chavales tengan ocio y tiempo libre; están tutelados por la administración y lo que se tiene que hacer es que se encuentren los más cómodos posibles», dijo. Añadió que «los centros tienen que adaptarse a las necesidades de los críos, que haya una buena vinculación entre menores y educadores, que se respete su intimidad, sus pertenencias, que se sientan como en casa; eso es fundamental».

Tur recordó que el centro de menores de Eivissa «es un centro residencial en régimen abierto en Eivissa pero a veces se producen situaciones de conflictividad porque pasan menores indocumentados, otros que se han escapado de casa y otros que cometen algún tipo de infracción», por eso considera que en la futura instalación se diferencie «entre centro de protección y de primera acogida, para que los chavales con medidas de protección no se vean alterados por otros casos». En verano aumentan los casos de menores que escapan de sus domicilios habituales y acaban en Eivissa. Al ser localizados pasan unos días en el centro hasta que sus familias van a buscarlos.

La Oficina de Defensa del Menor ya se ha puesto en contacto telefónico con el Consell, que tiene la competencia en protección de menores, para abordar esta problemática. «Le hemos ofrecido asesoramiento y apoyo jurídico», dijo. Recordó que el centro «tiene una serie de necesidades y quejas históricas», Algunas de estas quejas que llegaron a la Oficina se refieren a cubrir las sustituciones de personal y que sea un espacio para favorecer la integración social y comunitaria. «Tienen que estar como si estuvieran en su casa. Estos chavales han tenido que ser separados de sus familias, hay que ayudarles y trabajar para su integración, tienen derecho a apuntarse al fútbol o a la piscina», defendió.