Inconvenientes
Sin embargo, Abaqua señala en el informe remitido a la Comisión de Medio Ambiente que esta solución plantea varios problemas, como la anchura de las colchonetas (4,5 metros de ancho), que implicaría tapar «cierta área actualmente ocupada por matas de posidonia». Asimismo destacan que, aunque las colchonetas de hormigón impedirían la flotabilidad del emisario, hay tres puntos en el trazado que acumularían aire a presión, lo que comportaría una disminución de la capacidad hidráulica de la tubería. En este sentido destacan que el emisario actualmente funciona con un caudal máximo de 2.000 metros cúbicos por hora y que tiene un diámetro de 600 milímetros que «no es adecuado para un caudal de proyecto de 4.000 metros cúbicos la hora, es decir, una solución con bombeo del excedente». En otras palabras, esta solución no contempla el incremento de capacidad de la tubería, razón por la cual desde Abuaqua no consideran «técnicamente adecuado» mantener el nuevo emisario.
En este punto es preciso recordar que los vecinos y empresarios de la zona reclaman que la solución del emisario sea la construcción de una nueva infraestructura.
La segunda opción también desembocaría en Talamanca e implica la construcción de un nuevo emisario. Saldría de la misma arqueta que el actual, con un trazado paralelo que llegaría al mar. La conexión con la arqueta, destacan desde Abaqua, se haría una vez construido el nuevo emisario. El diámetro interior de esta nueva tubería tendría 705 milímetros y su longuitud total sería de 1.725 metros. En el tramo final se colocarían 35 bloques grandes de hormigón en masa, que se colocarían en una zona de arena, no en posidonia.
Las otras dos opciones contemplan un nuevo trazado y una nueva construcción del emisario para que, de esta manera, salga de la bahía de Talamanca. Así, la alternativa número tres contempla que el tramo terrestre del emisario se prolongue hasta llegar a una cala que está entre s'Illa Grossa y el dique de es Botafoc, una zona que se llama La Sala. Para esta opción se plantean dos posibles trazados, ambos con una longuitud de 1.100 metros y acaban por la calle Botafoc hasta el mar. El primero pasaría por el puerto y discurriría por el passeig Joan Carles I hacia el puerto y más adelante a la altura del hotel Ibiza Corso, a partir del cual el emisario «podría discurrir bajo la parte del paseo sin pavimentar, más alejada del mar». La segunda opción de trazado discurre enteramente por las calles asfaltadas y el tramo en el que se iniciaría la construcción está situado cerca del hotel Argos, para pasar más adelante por las calles s'Illa Plana, Sant Francesc de Formentera, Sa Mola (junto al acantilado sobre la bahía de Talamanca, que está en un estado precario, recuerda el Govern) hasta llegar a es Botafoc. En ambos trazados la tubería sería la misma, que tendría una longitud total de 900 metros, que se distribuirían en 150 metros soterrados bajo el fondo marino en una zanja de 1,60 metros de ancho (esta zanja no afectaría al dique de es Botafoc ni a su escollera, según el informe). En el tramo final, el emisario se protegería con 35 grandes bloques de hormigón.
Es Botafoc
La cuarta alternativa implica también que se debe prolongar el tramo terrestre que ya existe, pero en lugar de dirigir el emisario hacia la cala formada entre s'Illa Grossa y el dique de es Botafoc se dirigiría por la calle s'Illa Grossa hasta un punto cerca de la punta de la zona que lleva el mismo nombre. De este último punto saldría al mar. La primera parte del tramo terrestre hasta la calle Botafoc sería igual que la alternativa número tres, es decir, tendría dos opciones de trazado por el puerto y por Sa Mola. Posteriormente, el emisario subiría por la calle de S'Illa Grossa hasta un punto situado a 35 metros de altura sobre el nivel del mar, donde se construiría una pequeña arqueta de rotura. Hasta ese punto elevado, el emisario discurriría enteramente bajo calles asfaltadas. A partir de esa arqueta en altura, señala el informe presentado ante la Comisión Balear de Medi Ambient, el emisario descendería hacia el mar a través del terreno natural de s'Illa Grossa, entrando en el mar por un acantilado bajo. El informe destaca que este terreno figura en el catastro como rústco, de uso agrario, pero improductivo y de intensidad productiva nula. El descenso hacia el mar, según el informe, discurriría por terreno rocoso, natural y «presentando importantes dificultades constructivas, por lo que la excavación de la zanja y todas las operaciones en este tramo, de unos 140 metros de longuitud, serían manuales». Esta bajada al mar por el acantilado estaría protegida por homigón armado.
La tubería submarina, según destaca el informe, tendría una longuitud total de 600 metros (10 metros irían soterrados bajo el fondo marino, a pie de acantilado, y los 190 metros restantes la tubería estaría apoyada en el fondo marino). También se prevé la protección de la tubería submarina con 35 bloques. grandes de hormigón en masa.
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