Mañana del martes. Día dos: El órgano consultivo más representativo ha sido convocado con el fin de estudiar las medidas oportunas para neutralizar las ansias de autogobierno y responder con arreglo al marco legal constitucional por el que se viene reglando la "República Independiente de mi casa". La secesionista y muy puñetera se niega a admitir el marco constitucional general aludiendo a que el Tribunal Constitucional no representa ninguno de sus intereses y que está amañado. Reunido el consejo de Estado - mi mujer, los tres perros, los tres gatos y los cuatro conejos que veo cada mañana como se comen las lechugas que planté en el huerto- deciden la paralización a toda costa ya sea de toda publicidad tendenciosamente secesionista como de cualquier fórmula de votación por las urnas.
Tarde del miércoles. Día tres: Las manifestaciones se extienden por todo el territorio autónomo. De la habitación hasta el baño, pasando por la terraza anexa a la misma. Y lo que es peor: Las protestas se propagan al resto de los territorios del Estado de la casa. Viendo el cariz que está tomando el asunto he decidido- en calidad de Presidente de mi República- la prohibición de toda manifestación popular que tenga por objeto cualquier tipo de referéndum independentista. He decidido también por las atribuciones que me compete la Constitución de mi Estado enviar cuerpos de seguridad para proteger los intereses que me interesan. El que quiera otro interés que se busque "otros cuerpos que le defiendan". Los que yo pongo son míos y de mi lado y no del lado que se quiere ir. Pues habrase visto!
Noche del Jueves. Día cuatro: Se está montando una bien gorda. Ni yo doy marcha atrás ni mi hija marcha adelante. Estamos enrocados. Tras una breve reunión y varios desencuentros he perdido la paciencia y le he dicho que la casa la he pagado yo y que si no le gusta que ya sabe dónde está el camino pero ella me ha respondido que sus derechos son adquiridos , que está amparada por la Legalidad del Marco Internacional y que es mi hija y que si no me gusta pues que no la hubiera hecho. Me ha pillado! Es evidente que está recibiendo apoyos externos. Es más: Presiento que otras nacionalidades históricas que actualmente componen la República de mi casa también son favorables al secesionismo. Mi mujer se acaba de hacer con el dormitorio más grande y amenaza con anexarse el salón y expulsarme mediante otro plebiscito. Esto del espacio vital o lebensraum comienza a darme motivos de preocupación.
Noche del viernes. Día cinco. Esto es una casa de locos. Hay manifestaciones por todas partes y el caos se ha apoderado del propio Estado en el que habito. La prima de riesgo - otra de la familia- se ha disparado y la economía está por los suelos. Perdemos credibilidad internacional y los mercados no nos admiten mas deuda. A más inri, nadie se aventura a visitar nuestra casa por miedo a que la situación se vuelva peligrosa. Escasean nuestras divisas. Mis animales han perdido la cordura y muerden a cualquiera que se acerque ya sea con buenas o malas intenciones. Nadie atiende a la razón.
Mañana del Sábado. Día seis. La situación se hace insostenible y el caos se apodera de mi casa. Empiezo a pensar si no hubiera sido buena idea dejar que se hiciera el referéndum. Por lo menos la casa seguiría aún entera y con todas las posibilidades para pensar en llevar a cabo mejores y más productivos acuerdos. No creo que sea buena idea sacar al ejercito. Entre otras cosas porque el ejercito soy yo y me encuentro aislado. Ah! y por ese dichoso refrán que dice que quien siembra vientos recoge tempestades, quien mal anda mal acaba y muchos mas...
Mañana del Domingo. Día siete. Que venga Dios y lo vea! Esta mañana me he levantado conciliador. Hace un sol "que torra piñetas" y no tengo intención de sudar la camisa con mítines por el jardín que nadie escucha. Hago mío otro refrán que dice que más vale República independiente de mi casa en buena vecindad que ciento volando o algo así. - Yo ya me entiendo - . Es más: Ya estoy pensando en independizar la parte baja de mi salón del resto del comedor. Y el comedor del resto del pasillo. Y ya para finalizar me voy a independizar de mi mismo auto fagocitándome. Espero que me acepten en Europa si es que me reconocen.
Menudo el día en el que se me ocurrió ir al "Ikea" a ver muebles con la familia y menudo el día que se le ocurrió a José Luís Rodríguez Zapatero la modificación del Estatuto de Autonomía Catalán del 2006. Menuda mecha prendimos. En casa nos podríamos haber quedado!
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