En esta ocasión, la celebración religiosa estuvo marcada por el intenso calor que se vivió en el templo y que obligó a la mayoría a tirar de abanico, papeles o folletos para conseguir algo de aire, y por la presencia en la ceremonia de los exobispos de Eivissa, Javier Salinas y Manuel Ureña Pastor, en la actualidad responsable de la diócesis de Mallorca y de la Cátedra Metropolitana de Zaragoza, respectivamente.
Ureña fue invitado personalmente por el actual obispo, Vicente Juan Segura, también valenciano, para recordar que en 2013 se cumplen 25 años desde que fuera nombrado Obispo de Eivissa, un 11 de septiembre de 1988. «A pesar de que ha pasado mucho tiempo y de que ha pasado por Alcalá de Henares y Cartagena antes de llegar a Zaragoza, la gente de Eivissa le sigue queriendo mucho por todo lo que hizo aquí», resumió Segura cuando lo presentó ante los fieles.
Unas palabras que agradeció el exobispo de las Islas justo antes de comenzar su sermón, íntegramente en catalán. Aseguró llevar a Eivissa «siempre en el corazón» al tiempo que afirmó que la había encontrado «muy bien y con ganas de mirar hacia delante a pesar de la crisis econónomica».
Además, Manuel Ureña también tuvo tiempo para recordar ante sus fieles la importancia «de seguir confiando en la razón de la fe en Jesucristo y en el papel de la Madre de Dios, patrona de Eivissa, para superar estos momentos difíciles de desconfianza que por desgracia nos ha tocado vivir».
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