Olga Cardona Guasch, en la sede de la UIB.

Olga Cardona, abogada y vocal del Consejo Asesor de Derecho Civil balear, es una de las personas que más sabe sobre la figura del mayoral en las Pitiüses. Por eso será la encargada de dar mañana la conferencia inaugural de una jornada sobre ‘Custodia del Territorio mediante el producto local' que se celebrará en el Palacio de Congresos.

—Para la gente joven que vive en la gran ciudad, ¿qué es un mayoral?

—El pagès que vivía y trabajaba en una finca cedida por otra persona a cambio de quedarse un porcentaje. El acuerdo era puramente verbal y basado en la confianza. Hay que tener en cuenta que eran épocas donde no había tanta gente y todo el mundo se fiaba de la honradez de los demás.

—¿Una forma de pagar el alquiler?

—Exactamente. El dueño ponía la finca y la vivienda y a cambio trabajaba en ella toda la familia del mayoral. Después los productos cultivados y el dinero de la venta de los productos de la finca se dividían. Se podía decir que iban a medias.

—¿Los dos ganaban?

—Sí, aunque hay que tener en cuenta que esta figura tiene alguna reminiscencia medieval relacionada con el vasallaje. Aunque todo era más ligero que entonces, por ejemplo, al dueño de la finca se le llamaba ‘señor' y, según algunos mayores de Eivissa, era frecuente que dos o tres veces por semana el pagès tuviera que visitar al dueño y llevarle un cesto con los productos, dos gallinas por Navidad y dos gallos por Sant Joan.

[Lea todos los detalles de la información en la edición impresa o en Kiosko y Más]