«La tradición de bendecir a los animales de compañía el día de San Antonio Abad no se empezó a realizar en Eivissa hasta finales de los años 80». Así de claro y contundente se muestra Marià Torres, sobre la historia del acto que se celebra hoy en el Paseo Marítimo de Sant Antoni.
Según este experto en temas antropológicos de la Isla «hasta los años 40 se hacía una rodada i beneïda de cabres los días de Sant Joan, y Sant Pere», el 24 y 29 de junio respectivamente. Con el fin de pedir protección para el resto del año se hacía una gran fiesta, enfocada principalmente a los niños, en la que los pastores engalanaban a sus cabras con «collares florales de colores muy vivos y realizaban una procesión que discurría, acompañada por una escuadra de sonadors, por la calle principal hasta la plaza de la iglesia donde recibían la bendición por parte de monseñor».
Después, a la sombra de los árboles de la plaza se ordeñaban las cabras. «El primer vaso era siempre para el representante eclesiástico y después se iba repartiendo el resto de la leche de los animales a todos los presentes entre grandes muestras de alegría», explica el propio Torres.
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