A todo esto hay que sumarle, que por ahora sólo un establecimiento hotelero, Es Pla, en Sant Antoni, permanece abierto a la espera de acoger este tipo turismo.
Desde la Federación Hotelera de Eivissa y Formentera atribuyen este retraso, así como la reducción de plazas, a que desde Mundosenior se tardó en exceso el poner a la venta las plazas, lo que ha provocado que los mayores del Imserso aún no hayan llegado a las Pitiüses. Además, desde la patronal apuntan también a la escasez de conexiones aéreas y a la dificultad de encontrar conexiones como motivo que dificulta aún más la llegada de estos clientes.
El presidente de la Federación Hotelera de Eivissa y Formentera, Roberto Hortensius, indicó que se trata de un turismo que tiene «un impacto buenísimo» sobre la economía de las Pitiüses ya que mantener hoteles abiertos durante la temporada baja supone contrataciones así como fomentar la oferta complementaria. De hecho, desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) calcularon el impacto que la reducción de las plazas podría tener en el empleo turístico de Balears: por cada seis estancias que desaparezcan, se destruirá un puesto de trabajo. En Eivissa, a modo de ejemplo, los 12 hoteles abiertos durante los meses de noviembre del pasado año y en febrero, marzo y abril generaron 700 puestos de trabajo directos y más de 1.000 indirectos en servicios de excursiones y transporte, comercio, bares, cafeterías y restaurantes, según la misma patronal.
Hortensius, por su parte, confió ayer en que el turismo sénior llegue, al menos, a partir del mes de febrero y se alargue durante más tiempo con el objetivo de paliar «el parón que habrá entonces en comparación al de otros inviernos».
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