El edificio fue tirado en febrero dentro de las obras de consolidación que se están realizando en sa Caixota después de que unas lluvias torrenciales provocaran hace seis años un deslave de la ladera que acabó con la destrucción el edificio Vista Alegre y varias casas más.
El derribo en febrero del edificio Vista Alegre causó una gran polémica que terminará en los tribunales, ya que al parecer los propietarios de Vista Alegre no habían autorizado a la Junta de Compensación que lo hiciera, pese a que estos últimos consideran que tenían una autorización firmada para ello.
Con motivo de la demolición el Ayuntamiento abrió un expediente de disciplina urbanística contra los propietarios del edificio. Este expediente, según Marí, sigue su curso, aunque según especificó, hay técnicos que consideran que no se necesitaba licencia para hacer el derribo. «Se está mirando si se hizo bien o mal y el expediente básicamente se inició para que nos traigan la documentación; es posible que no se necesite ni licencia, aunque sí un estudio de gestión de residuos», remarcó Marí.
Tras este episodio el abogado de Vista Alegre anunció la interposición de una querella contra el Ayuntamiento y la Junta de Compensación por prevaricación y consideró que no se les puede abrir a ellos el expediente porque no fueron los responsables de tirar el edificio. Respecto a los residuos, el abogado de Vista Alegre, Josep Lluís Ríos, dijo ayer que no saben cómo se hizo el derribo y que no asumirán esta responsabilidad. «Pedimos al autor que haga lo que tenga que hacer según normativas técnicas», indicó.
El concejal de Urbanismo aseguró estar «muy tranquilo» ante la querella y recordó que si los propietarios de Vista Alegre quieren construir primero tendrán que consolidar su terreno.
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