Las semanas de frío que llegaron el pasado mes de enero reactivaron una campaña de rebajas que, en palabras de José Javier Marí Noguera, presidente de la Asociación de Comerciantes de Pimeef, «no ha sido nada excepcional porque el número de ventas es similar y quizá mayor en algunos casos que el año pasado, pero los precios han sido más bajos con lo cual la rentabilidad ha sido bastante inferior a años anteriores».
A falta del final oficial de las rebajas, que será mañana, Marí Noguera afirma que es pronto para hacer un análisis sobre cómo ha ido, pero tiene claro que la ola de frío ayudó a dar salida a prendas de lana, abrigos y calzado más invernal y cuyas ventas se han hecho esperar debido a que en otoño y los meses de noviembre y diciembre no hizo frío: «Pero por lo que hemos podido notar nosotros en nuestras tiendas y lo que hemos podido hablar con la gente con las bajadas de temperatura sí que es verdad que han tenido salida las prendas más gruesas de invierno, tanto en textil como en calzado». Y puntualiza: «Los dos primeros días sí que fueron bastante buenos. Dentro del mes de enero se fueron diluyendo las compras y en febrero con las segundas rebajas parece que las ventas han ido algo mejor en el sentido de que si hubieran ido como a mediados de enero no estaríamos contentos».
Los descuentos
Una de las principales quejas de los pequeños y medianos comerciantes tienen que ver con descuentos agresivos con los que arrancan la campaña las franquicias y que llegan a alcanzar el 70 por ciento en las segundas rebajas. «Se mantienen en su línea. Estas cadenas normalmente a finales de febrero ya no tienen nada de rebajas porque empiezan con descuentos muy altos», puntualiza Marí Noguera.
Para José Cardona, propietario de zapaterías Charol, es «una falta de respeto hacia el cliente porque si yo como consumidor me compro algo rebajado al 50 por ciento y al cabo de tres días lo veo al 70, me molesta». En este sentido, María José Estela, de la tienda Be-Boop, asegura que ha habido clientes en esta campaña de rebajas que le han preguntado por qué no tenía descuentos del 70 por ciento cuando en otras tiendas sí que se podían encontrar. «Nosotros sólo hemos tenido un perchero de rebajas y la verdad es que nos está yendo bien. Tuvimos descuentos del 30 y 40 por ciento y sí que es cierto que los clientes no habituales llegaban a la tienda diciendo que por qué no había descuentos más grandes cuando en otras tiendas sí que se podían encontrar. Al ver rebajas al 70 por ciento, un 30 de descuento te parece poco».
Frío tardío
El hecho de que haya hecho frío a mediados de enero ha propiciado que se animaran las ventas, pero éstas han sido menos rentables porque la mayoría de prendas ya tenían descuentos grandes: «La ola de frío entró cuando ya estaba la ropa al 50 por ciento con lo cual en estas rebajas lo que hemos hecho es limpiar stocks, pero perdido dinero. Lo que pasa es que te interesan las ventas para poder comprar la ropa para la nueva temporada de primavera. Ha sido una campaña muy poco rentable. Por ejemplo estamos vendiendo jerséis por debajo del precio de coste. Ha habido un buen volumen de gente y de ventas, pero no de dinero», explica Francisca Guasch, propietaria de la tienda Tallas, en Vila.
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