Ana Marí dirige una empresa familiar en la que ella representa la tercera generación. En la imagen, en su despacho durante la entrevista. | Marco Torres

Ana Marí Ojeda (Madrid, 1974) es la gerente administrativa de la empresa Pompas Fúnebres Ibiza S.A., la única funerarias de Eivissa y Formentera, una empresa familiar fundada por su abuelo, carpintero de profesión, en los años 30 del siglo XX que hoy tiene 28 empleados. En esta entrevista Ana Marí habla sobre lo que supone el hecho de que solo haya una funeraria en las Pitiüses y del futuro tanatorio de Sant Antoni y el crematorio de Santa Eulària.

-¿Cuántas defunciones se registran anualmente en la Isla?
-Entre 700 y 750.

-Pese a superar los cien mil habitantes, en Eivissa solo hay una funeraria, mientras que en Menorca, con menos población, hay al menos tres. ¿A qué cree usted que puede deberse?
-Creo que es una cuestión un poco del tiempo, de las circunstancias de la Isla, de que en un momento dado hubiera familias que decidieran montar este negocio y que hayan sabido continuar con él. En un pasado en la Isla hubo alguna otra funeraria, pero no se mantuvo en el tiempo y nosotros sí. No es una cuestión de capricho, sino de que las circunstancias no han permitido que en Eivissa haya más empresas funerarias.

-¿A partir de qué cantidad de dinero se puede organizar un entierro en Eivissa?
-El enterramiento como tal, que es enterrar al difunto, por 1.400 euros se puede hacer un servicio totalmente básico. Entendemos que no hay flores, porque no se necesitan para hacer un enterramiento, sin vela del difunto, porque esto es un servicio extra que se da siempre que la familia lo desee, no es algo obligatorio para poder hacer un enterramiento. Esto es el precio de nuestros servicios, luego está el precio de la unidad de enterramiento, que es una cuestión de cada ayuntamiento, porque cada municipio tiene sus precios y sus circunstancias.

-El hecho de que sean ustedes la única funeraria, ¿encarece el servicio en la Isla?
-Por supuesto que sí, porque tenemos que dar un servicio 365 días al año y 24 horas al día, lo que supone tener un personal contratado durante todo ese horario para que, a lo mejor, pasen días y estén con los brazos cruzados, que no lo están al cien por cien, o que haya cinco servicios y haya que atenderlos a todos. Lógicamente, esto implica un encarecimiento de los servicios.

-Parece ser que en unos años Sant Antoni contará con su propio tanatorio. ¿Cómo lo valora?
-Sant Antoni contará con un nuevo tanatorio porque la ley lo exige así, que dice que en cada construcción de un cementerio tiene que haber unas instalaciones de un tanatorio. En todos los cementerios existen estas instalaciones. Que luego quieran sacar a concurso público la gestión de este tanatorio, pues ya será otra cuestión. Si desean hacerlo, ya será otro servicio que tenga la Isla, y nosotros seguiremos trabajando, como hasta el momento.

-¿Hasta qué punto es un problema que la Isla no cuente con un crematorio?
-Un problema es, principalmente, para los ayuntamientos, porque el espacio se va ocupando con el tiempo con los nichos y las unidades de enterramiento. Es decir, existe una falta de espacio. Aparte de que si ya entramos en salubridad, no es lo más cómodo. Desde el punto de vista ambiental, un cementerio, por muy bien construido que esté, tiene mayor impacto que la incineración. Pienso que el problema lo tienen principalmente los ayuntamientos porque el espacio se les acaba y al tener un crematorio ganaríamos en espacio. Las familias ganarían en que el coste de ese servicio sería más económico que en la actualidad, porque ahora hay que trasladarse fuera de la Isla para poder hacer la cremación.

-¿Han pensado ustedes en construir un crematorio?
--Nosotros hemos hecho gestiones con todos los ayuntamientos de la Isla para que estudien la creación de un horno crematorio, que la ley también dice que tiene que estar en las dependencias de un cementerio, es decir, que no se puede hacer en cualquier sitio, y prueba de ello es que el actual proyecto del Ayuntamiento de Santa Eulària fue una idea sugerida por nuestra empresa. Es decir, nosotros estamos interesados en prestar este servicio y en hacer esta inversión, que a lo mejor para nosotros, como empresa, no es lo más rentable, pero pensamos que es un servicio que el ciudadano ibicenco necesita. Aunque lo hayamos propuesto nosotros, Santa Eulària tiene que presentarlo a concurso público. Suponemos que ahora están preparando las bases de ese concurso y nosotros nos presentaremos.

-¿Qué opina de la posibilidad de que el Ayuntamiento de Vila saque a concurso la construcción de un tanatorio y un crematorio públicos?
-Mi opinión es que no han estudiado lo que significa ese proyecto con las condiciones de nuestra Isla, que es la que es y que tiene los habitantes que tiene y las defunciones que tiene, y un proyecto no es solo una idea, sino que hay que hacer unos números. Hay que hacer una inversión y ellos hablaban de una cantidad muy grande de dinero y yo pienso que quien tenga esa cantidad, que eran 6 millones de euros, lo montará por su cuenta y no para depender de un ayuntamiento.

-¿De qué manera ha ido adaptándose su empresa al crecimiento demográfico en la Isla?
-Mi abuelo era un carpintero de Vila al que se dirigían para encargarle la caja, que él construía en el momento. Casi todos los ayuntamientos en sus cementerios tenían una serie de carros y con un coche de estos, con caballos, se hacía el enterramiento. Lógicamente, nuestro crecimiento ha consistido en profesionalizar todos esos servicios. La primera gran modificación fue en el año 1982, que fue la idea de contar con un tanatorio, con unas salas de velatorio, que para Eivissa fue un gran cambio porque la gente estaba acostumbrada a hacerlo en sus viviendas y las costumbres son difíciles de cambiar. Pero la verdad es que tuvo buena acogida, porque la gente vio las comodidades que suponía. Nosotros hemos intentado ir mejorando en cuanto a calidad, nuestro personal y prestar cada vez más servicios complementarios. La última idea que tiene la empresa es hacer una instalación única, porque tenemos por separado diversas infraestructuras. Nuestro mayor problema es el aparcamiento, porque donde estamos situados [el tanatorio está en Puig den Valls] cuando se juntan dos velatorios no es un sitio bien habilitado en este sentido. Tenemos un proyecto, totalmente privado, sin subvenciones de ninguna clase, no para ganar más dinero, sino para dar un mejor servicio.

-En sus instalaciones también se hacen las autopsias.
-En Eivissa no hay Instituto Anatómico Forense, que es un servicio que tiene que dar el Ministerio de Justicia. Cuando hay una defunción judicial y, en consecuencia, hay que practicar una autopsia, nuestras instalaciones están siendo utilizadas para realizar este servicio sin que cobremos nada por ello. Creo que en Menorca también ocurre lo mismo.