La ampliación del horario de apertura y de permiso de música, y un ticketero por terraza. Ésta es la solicitud que hizo la Asociación de Comerciantes del Puerto al Ayuntamiento de Eivissa y que originó la propuesta de flexibilizar los horarios que llevará el Consistorio al Consell d'Alcaldes.

Los establecimientos de Vila quieren poder mantener a sus clientes hasta las cuatro y media de la mañana y contar con media hora para desalojar. Es un hora más de lo que les permite la actual Ordenanza Reguladora de Horarios, que entró en vigor en 2009 y que se pactó entre todos los ayuntamientos de la isla.

Según el presidente de la agrupación, Enrique Welcker, la competencia actual entre los establecimientos de ocio nocturno de los diferentes municipios «es totalmente desleal porque solo en Vila respetamos el horario».

«Parece que nosotros, los del puerto, somos los que tenemos que echar a la gente para mandarla a las discotecas. Y no estamos de acuerdo porque a la noche, a última hora, hay gente tranquila que se quiere quedar en las terrazas. Pero a las tres y media tenemos que levantarla de la mesa aunque esté tomando champagne», se quejó.

«Ciudad fantasma»

Según detalló Welcker, «así como en otros lugares de la isla hay muchísima gente, en el puerto la afluencia es mínima». «La temporada está siendo bastante mala, sobre todo los días en los que en Platja d'en Bossa hacen esta fiesta (hotel Ushuaïa), que empieza a las cuatro de la tarde y termina a las doce de la noche. Esos días, el puerto parece una ciudad fantasma», destacó el presidente de la asociación, que ve en Platja d'en Bossa el principal foco de la «competencia desleal».

Asimismo, indicó que la asociación pide la flexibilidad de los horarios porque también vienen perdiendo clientes de forma progresiva desde que hace años Autoritat Portuària cortó el acceso al puerto.

«Cuando el puerto no tenía la muralla de cristal, la gente venía a tomar el aperitivo o a pasear con los niños. Ahora eso se ha acabado y además las playas cada vez están haciendo más fiesta y retienen a la gente hasta muy tarde. El horario que teníamos, que empezábamos a trabajar a las nueve de la noche, ya no existe. Estamos empezando a las doce y pico, y a las doce y media o una de la mañana ya tenemos que quitar la música, entonces la gente ya pide la cuenta para irse», remarcó Welcker, quien insistió en que además tienen que echar a la otra clientela, la que quiere quedarse. «Agradecemos que haya discotecas porque es el motor de la isla, pero no todo el mundo quiere ir, hay gente que quiere estar tranquila y nosotros lo que no queremos es tener que echarla», concluyó.

Ticketeros regulados y un hilo musical

En cuanto a que Vila vuelva a permitir la presencia de ticketeros, Welcker explicó que piden una regulación que permita un relaciones públicas por bar para «dar una buena imagen del puerto». Asimismo, reconoció que aunque están prohibidos, «en este momento hay».

Por otra parte, indicó que otra de las propuestas de la agrupación es crear un «hilo musical» por zonas para dar buen ambiente a las terrazas.

Cabe recordar que esta asociación representa a más de 150 comercios, bares, restaurantes, boutiques y vecinos de Vila.