La magia, el fuego como elemento purificador, rituales para atraer la buena suerte, conciertos y la traidición más pura se dieron cita en las localidades donde se celebró la verbena de Sant Joan. Pequeños y mayores, turistas y residentes no quisieron perderse esta cita con la tradición más pura y el misticismo que siempre acompaña a la noche más corta del año.
Como no podía ser de otra manera, el fuego volvió a ser protagonista en lugares como la playa de Talamanca, Dalt Vila, Sant Josep y Forada, pero no en Sant Joan, pues esta localidad optó por hacer un acto simbólico de saltar las hogueras sin fuego como muestra de solidaridad por el reciente incendio que asoló el pueblo.
Las playas fueron un año más punto de encuentro para los miles de personas que quisieron pasar en compañía esta noche tan especial. En Talamanca, los conciertos de Quin Delibat! Y Erisalsa animaron el ambiente hasta medianoche cuando se prendieron las primera mechas para encender las hogueras. Y aquí entraron los rituales más tradicionales como quemar aspectos negativos de la vida que estén apuntados en un papel, hacer arder cosas viejas o ropas, saltar tres veces, pues con estos trucos se potenció el efecto pufiricador del fuego.
El teatro también estuvo presente en Dalt Vila con un trabajo donde la lucha entre el bien y el mal quedaba simbolizada e interpretada por hadas, duendes y demonios que hicieron vibrar al público que se concentró en el casco antiguo para disfrutar de esta noche tan mística.
La tradición estuvo también muy presente con los correfocs que se celebraron en el casco antiguo y Forada, destino elegido este año por el Institut d'Estudis Eivissencs.
La celebración empezó con el festival de fin de curso de la escuela en el que los estudiantes escenificaron películas clásicas. Más tarde llegó el teatro del grupo Quartó de Portmany, que representaró La princesa de s'embut La tradición más pura de Eivissa llegó con el concurso y degustación de macarrons de Sant Joan al que finalmente se presentaron once tipos de este bocado tan dulce
«La gente los hace con agua, pero yo los hago con leche. Soy ibicenca y llevo más de 50 años viviendo en Barcelona, por eso me he aficionado a hacerlos», explicó Rudesinda Serra Planells, que si bien observó con atención los macarrons no le apeteció probarlos.
Los niños tuvieron su lugar protagonista con los talleres organizados por la Associació Vuit d'Agost. Vestidas con tutús, pelucas y máscaras las niñas no pararon de jugar mientras los mayores, algunos y algunas con pelucas y sombreros mejicanos, reponían fuerzas con un bocata de salchichas. Y entre los asistentes, muchos turistas que vivieron la Nit de Sant Joan por primera vez y otros tanto que repetían: «Con ésta es la cuarta vez que vengo a ver la verbena de Sant Joan. Lo que más me gustan son los correfocs. He saltado en varias ocasiones las hogueras», afirmó Carlos Domingo, un holandés que veranea en Eivissa desde 1984. La nota musical llegó con el grupo Quasiqno, Uc y la demostración de baile payés que hizo la colla de Buscastell.
Si bien en Forada hubo fuego, en Sant Joan decidieron no encender hogueras como tal sino saltarlas como señal de respeto y solidaridad por las hectáreas y vecinos afectados por el incendio del valle de Morna. Tras el acto, la fiesta continuó con dos de las citas más importantes de las fiestas del pueblo: Sant Joan Dance y la mítica Flower Power.
La playa de Talamanca se convirtió en una gran fiesta en la que todo el mundo disfrutó con los fuegos artificiales y saltando las tradicionales hogueras de Sant Joan.
Mientras, el caos circulatorio y los graves problemas para encontrar aparcamiento a partir de cierta hora de la noche en Talamanca estropearon en gran medida la Nit de Sant Joan a muchos vecinos, que se quedaron sin poder ver parte del encendido de las hogueras en este tradicional enclave de Vila.
No en vano la arena fue un hervidero de gente en la que, literalmente, no cabía un alfiler. Y es que fueron muchos los vecinos, desde pequeños a grandes, en grupos o parejas, los que acudieron a la llamada del fuego de Sant Joan para dar la bienvenida al verano al lado del mar.
Todos ellos disfrutaron antes de que a las doce en punto se dijera adiós al día más corto con la tradicional crema de foguerons con las actuaciones musicales del grupo de rock Quin Delibat!, y de la Orquesta Erisalsa, encabezada con el cantante y percusionista de origen cubano Eriberto Cruz Collado.
Además, también hubo tiempo para reponer fuerzas y llenar los estómagos con la degustación gratuita de uno de los productos más tradicionales de esta noche mágica: los macarrons de Sant Joan.
Bienvenidos al reino de Fantasía
Un mundo de fantasía compuesto de hadas, familiers, barruguets y demonios de todo tipo fue el invitado sorpresa a la Nit de Sant Joan en Dalt Vila.
Todos estos personajes de la mitología pitiusa acudieron desde el mundo de la luz y la imaginación para llenar de vida y la pequeña Plaça de sa Drassaneta de Vila. Un lugar tradicionalmente calmado y despoblado que, durante, unas horas cobró vida gracias a estos seres mitológicos que formaban parte de la performance Aquesta Nit Va de Fades, y en la que participaron unos 25 miembros de la Asociación de Actores y Actrices Pitiusos.
Antes, los actos previstos en Vila habían comenzado con la entrega del premio al Mejor Ninot Artístico 2011 por parte de la Asociación de Artistas Visuales de Balears.
Por segundo año consecutivo este galardón fue a parar a Adrián Cardona, por una figura de papel y cartón que simbolizaba un cuerpo de gusano enroscado a un palo coronado con una cala de gran melancolía.
Correfocs por la calle
Tras ello, los encargados de animar al numeroso público presente en las calles fueron un grupo de demonios con sus malabares de fuegos y música. Ellos fueron los que dieron la nota de color, ante la inminente llegada de lanzar los momentos que se quieran olvidar al fuego.
Precisamente este momento esperado por muchos se produjo en un ritual preparado para la ocasión en la Plaça des Sitis por la misma Asociación de Actores y Actrices Pitiusos. En él, unas sacerdotisas salidas de las leyendas más tradicionales fueron guiando a todos aquellos que querían seguir con la tradición y empezar el verano con buen pie.
El momento de ver los últimos papeles arder era la señal inequívoca de que la hora de encenderse las hogueras y decir adiós a la Nit de Sant Joan se aproximaba.
Algo que se hizo más patente cuando comenzó el desfile de los ninots por el carrer Mare de Deu camino de su final en un fuego que se empezó a encender a las doce en punto de la noche para dar la bienvenida como se merece al verano que se avecina.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.