Endesa retrasa la instalación de las nuevas turbinas de gas en Eivissa

Endesa retrasa la instalación de las turbinas de gas en Eivissa, y no entrarán en funcionamiento este mes de junio, según confirmó ayer un portavoz de la empresa. A pesar de que la primera intención era ponerlas en marcha a partir de junio «no estarán para este verano, ya tendremos más adelante una previsión más clara de cuándo se instalarán», indicaron las mismas fuentes.
Aún así, el Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB) publicaba ayer el acuerdo de la Comissió de Medi Ambient para la incorporación de estas turbinas y de otros elementos necesarios para su puesta en marcha, autorizando así la instalación. Así, Endesa cuenta ya con la aprobación del informe medioambiental para la introducción de una planta de desmineralización de agua mediante osmosis inversa y electrodesionización y la instalación receptora de gas natural en la central de Eivissa.
Aún así, el acuerdo de pleno de la Comissió de Medi Ambient establece algunas prescripciones que se deberán cumplir, como las medidas correctoras que se incluyen en el estudio de impacto ambiental o la tramitación ante la Direcció General de Recursos Hídrics de diferentes autorizaciones. Asimismo, en las características de la instalación publicadas en el BOIB se establece que, a partir de este mismo año, algunas de las turbinas empezarán a funcionar con gas natural, quedándose en la reserva aquellas que solo puedan operar con gasoil.
Hasta el momento, las turbinas y los motores funcionan con gasoil. Esto se modificará de forma progresiva para empezar a trabajar con el gas, llegado desde la Península a través del gasoducto. Este cambio provocará una gran reducción de las emisiones a la atmósfera y una eficiencia mucho más elevada. De hecho, en el momento que las turbinas y motores empiecen a funcionar con gas se reducirán las emisiones de azufre y de monóxido de carbono y el dióxido de carbono se rebajará en un 35 por ciento.
De hecho, se ha construido una estación de regulación en la central para poder conectarla con el gasoducto, cuya entrada en Eivissa se produce por Cala Gració.