El reino de las plantas y los animales centraban los disfraces del colegio de S'Olivera. | Daniel Espinosa

En torno a las nueve y media de la mañana de ayer las calles de Puig d'en Valls empezaron a llenarse de nervios, música, jolgorio y, sobre todo, muchos disfraces. Los culpables de todo eran los niños de los colegios de Puig d'en Valls y de S'Olivera, los más madrugadores de las rúas escolares de la isla, que tras salir cada uno de su escuela se encontraron en el centro cultural de este barrio de Santa Eulària en un acto de hermanamiento.

Por un lado estaban todos los alumnos de los cursos de primaria y secundaria del colegio de Puig d'en Valls, que iban todos vestidos del ciclo de la vida y que se movían al ritmo de la música que marcaba Susi, una de las madres del centro que iba abriendo el desfile con su furgoneta blanca decorada para la ocasión.

Detrás, los primeros eran unos nerviosos niños de primero de Primaria vestidos de pollitos salidos del cascarón, acompañados por unas madres voluntarias disfrazadas de granjeras, que, con sus camisas de cuadros y sus sombreros de paja, luchaban por que no se salieran de la fila. Justo detrás, iban apretando en el desfile un grupo de gusanos de seda, mariposas, y capullos salidos del famoso cuento La oruga hambrienta, en el que Eric Carle, enseña de forma amena a los estudiantes cómo una oruga se transforma en mariposa.

Y tras ellos, abejas, flores, rosas, y por los más mayores del colegio de Puig d'en Valls, que con sus trajes de zombies parecían haber salido directamente desde el famoso videoclip Thriller de Michael Jackson.

Todos ellos, acompañados de algunos miembros de la comunidad educativa como la directora del centro, Edu Sánchez Meroño, que, vestida con su traje de esqueleto fue una vez más una de las más divertidas de la rúa, llegaron a la explanada del Centro Cultural en torno a las diez y media de la mañana para esperar a sus compañeros de S'Olivera. Éstos no se hicieron esperar, y enseguida, al ritmo del ruido ensordecedor que hacían con sus cacerolas y de un camión con música en el que iba un hombre toro subido, fueron apareciendo calle abajo todo tipo de animales y plantas. No en vano, la temática de la rúa de este colegio versaba sobre la flora y la fauna y así, la multitud de curiosos que poblaban las calles con sus cámaras de vídeo y de fotos, pudieron disfrutar con mariquitas, cebras, tigres, monos, ovejas, gallinas, peces, plantas carnívoras, e, incluso, algún que otro fondo marino y algún duende recién bajado de algún árbol de los bosques ibicencos.

Tras el encuentro, todos juntos pero no revueltos, partieron en una enorme comitiva hacia el colegio de S'Olivera, donde se celebró una fiesta conjunta para los alumnos de los dos centros, donde los padres, madres, abuelos y abuelas disfrutaron a lo grande y no pararon de hacer fotos y sacar vídeos a sus primogénitos disfrazados para el Carnaval de este año.