La llegada de los Reyes Magos a Formentera fue un acto emotivo y cargado de tensión y emoción a partes iguales para los más pequeños de la isla, que acudieron fieles a su cita en la Savina. Pasaban unos minutos de las seis de la tarde cuando la embarcación 'Blau de Formentera' hacía sonar la sirena para avisar a los pequeños de la llegada de Sus Majestades.
Tras viajar hasta la capital de la isla, Sant Francesc, Melchor, Gaspar y Baltasar anduvieron sin apresurarse hasta la iglesia donde fueron recibidos por el párroco, Miquel Angel Riera, y juntos procedieron a la pertinente adoración al Niño Jesús, tras la que el capellán emplazó a los magos a que prosiguieran su ruta por los caminos de la isla. De ahí a la sede del Consell de Formentera, paseo en el que se vieron sorprendidos por un simulacro de nieve artificial y por una lluvia de brillantes papeles multicolores.
Allí les recibió Jaume Ferrer, presidente del Consell, y la vicepresidenta, Sònia Cardona. Ferrer les agradeció el trabajo que hacen y, en tono irónico, confió en que «hayan dejado el carbón en el puerto de Eivissa» para que los niños de Formentera vieran cumplidos sus deseos. Melchor fue el responsable de leer un texto en el que, entre otras cosas pedía, a los niños que se acostaran pronto. Luego acudieron a la carpa municipal para empezar a repartir los primeros regalos.
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