Representantes del Institut balear de la Natura (Ibanat) tienen previsto reunirse hoy con los propietarios y vecinos de Benirràs para explicarles el proyecto de regeneración de la zona incendiada y, sobre todo, para solicitar las autorizaciones necesarias destinadas a facilitar el acceso de las brigadas a sus terrenos.

Así lo explico el gerente del Ibanat, Guillem Rosselló, que destacó «la importancia» de conseguir estas autorizaciones que permitirán desarrollar el Plan de Restauración Ecológica de Benirràs, ya que el incendio afectó a 363 hectáreas que son de titularidad privada en su totalidad.

En cuanto a los trabajos que se están realizando actualmente, Rosselló explicó que el pasado jueves se aprobó la contratación de la máquina retroaraña que debe apoyar el trabajo manual que ya han iniciado las brigadas del Ibanat para garantizar la seguridad de caminos y viviendas. En este sentido, el gerente destacó que esta maquinaria, cuya contratación costará más de cien mil euros, llegará a final de mes, lo que supone un retraso ya que estaba previsto que empezara a funcionar en los últimos días de noviembre.

En cuanto a la contratación de más personal para sumar a las brigadas actuales, explicó que se sumará más gente «a medida que a nivel técnico se nos recomiende poner más esfuerzo». «Ahora mismo están las brigadas de Ibanat, pero también habrá brigadas de colectivos de integración social que también harán trabajo y estará esta maquinaria más pesada y profesionales más especializados que acompañen esta maquinaria. Se irán incorporando refuerzos a medida que llegue el momento de hacerlo», destacó, aunque indicó que estas brigadas no podrán hacer el trabajo especializado que realiza el Ibanat, aunque sí «trabajo forestal básico de desbroce».

Rosselló destacó que la inversión «para cubrir estos primeros pasos» en la regeneración de Benirràs es de más de 800.000 euros.

Sin voluntarios, por el momento

A pesar de que mucha gente había expresado su intención de colaborar de forma voluntaria, el gerente del Ibanat, Guillem Rosselló explicó que el proyecto «está secuenciado en fases» y que, por ejemplo, durante el trabajo de la maquinaria pesada «no se puede tener personas no profesionales en este ámbito». «El trabajo de voluntariado ahora mismo no es posible porque es una fase de seguridad. Eso podrá venir más adelante, en fases de reforestación o de educación ambiental», concluyó.