Como si fueran pequeños arqueólogos, los diez niños que participaron en el taller Les petjades dels nostres avantpassats, inspeccionaban cada rincón y le hacían continuamente preguntas a María José Escandell acerca del yacimiento púnico-romano que se encuentra en la finca de ses Païses de Cala d'Hort. «Ahora estamos en una de las estancias de los restos de una casa púnica. Y ahí están las dependencias donde hacían el aceite y se almacenaba», explicaba Escandell, la arqueóloga encargada de impartir este taller organizado por la Reserve naturals des Vedrá, es Vedranell i els illots de Ponent. Antes de recorrer los restos, niños y padres pudieron ver un vídeo explicativo de cómo vivían en esa época.

La parte más emocionante llegaba con la visita a la necrópolis y también a una reproducción de un enterramiento en el interior de un hipogeo. «Mirar, en estas cuevas los púnicos enterraban a sus familiares», comentaba María José Escandell mientras señalaba una de las fosas. Tras un breve recorrido la arqueóloga se detuvo ante el enterramiento al que se pudo acceder. «Vamos a entrar de tres en tres», comentaba al grupo. Los niños se impacientaban por entrar los primeros ansiosos por ver cómo y con qué objetos se enterraba a los muertos. «Esos objetos que están ahí son amuletos, joyas e imágenes de algunos dioses», explicaba la arqueóloga a Toni y a Carles, mientras ellos curiosos se metían donde estaba el ficticio cadáver. «Me ha dado un poco de miedo entrar en la tumba pero se me ha pasado al ver que era de mentira el esqueleto» decía Bruno, uno de los niños que junto a su padres participó ayer en el taller. Tras el contacto con el mundo de los muertos, llega el turno a las manualidades con arcilla. Su misión: hacer un amuleto en forma de escarabajo.