Eivissa14/11/09 0:00
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Siete años de existencia y seis reclamando un espacio donde poder ensayar. Así se encuentra la Agrupación Musical Nuestra Señora de los Dolores, que si bien tiene una sede social en la ciudad, cedida por el Ayuntamiento de Eivissa, no pueden ensayar en ella porque sólo dispone de 15 metros cuadrados: "Somos 38 componentes y el espacio es muy reducido. Es imposible», cuenta Manuel López, presidente de la asociación que lleva el mismo nombre. Ante esta situación, los miembros de la agrupación se ven abocados a ensayar a la intemperie, ya sea invierno o verano: «En julio, agosto y septiembre tuvimos que hacer varias visitas a urgencias por las picaduras de los mosquitos del párking de Gesa». Y ahora que se acercan los meses de frío los músicos, entre los que se encuentran niños de a partir de siete años y personas mayores de 60, seguirán tocando sus trompetas, cornetas, tambores, bongos y platillos en la calle dos veces por semana y cuando se vaya aproximando el día de actuar se suma una jornada más de ensayo.

Los párkings más grandes de la ciudad, como los del polígono de Gesa, el del Lidl, o el Soto, son algunos de los lugares en los que se reúnen para ensayar, que complementan con los días que el Consell d'Eivissa les deja el auditorio de Cas Serres. «Hemos solicitado locales a asociaciones de vecinos y nos hemos puesto en contacto con colegios para que nos dejaran los pabellones, pero no ha habido respuesta satisfactoria», puntualiza Manuel, quien ha solicitado formalmente cinco veces a las instituciones públicas un local donde además de poder tocar sus marchas ordinarias, aquellas que tocan cuando asociaciones de vecinos u hospitales les piden que actúen, y las lentas, que son las que tocan en Semana Santa, los componentes puedan reunirse para organizar actividades, salidas y actuaciones y establecer un punto de información juvenil.

Esta agrupación musical se desvinculó el año pasado de la cofradía que lleva el mismo nombre para colaborar más con otras hermandades de la isla que soliciten sus marchas.

María José Real