Lo más normal en los primeros días de noviembre es que el frío ya esté, de alguna manera, presente, y chaquetas y jerséis suelen ser las prendas más habituales en estas fechas. Lejos de eso, aunque con un viento bastante molesto, en Sant Carles se lucía ayer más manga corta que otra cosa. Era la jornada más importante de las fiestas del pueblo, el día de su patrón.

Numerosos vecinos acudieron por la mañana a la iglesia para participar en la misa que oficiaba el obispo de Eivissa, Juan Vicente Segura, y en la que también participó el coro del pueblo. Otros vecinos, aguardaban la salida de la procesión en la plaza del templo, mientras, unas señoras del pueblo, en un puesto habilitado en la misma entrada de la iglesia, preparaban bunyols artesanalmente. La campanas anunciaban la salida en procesión de toda la comitiva. Primero las imágenes portadas por los vecinos, seguidos por las autoridades eclesiásticas e inmediatamente después por el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, la mayoría de concejales del municipio y la consellera de Turisme del Consell d'Eivissa, Pepa Marí, entre otros muchos.

Mientras toda esta actividad tenía lugar en el centro del pueblo, en un pequeña carpa situada en el jardín cercano, los estudiantes de los cursos CAPI de cocina y de repostería, corrían de una lado a otro ultimando los detalles del catering que ofrecerían minutos después de que concluyera la actuación de ball pagès a cargo de la colla del pueblo. Tanto el alcalde Vicent Marí, como el concejal de fiestas, Salvador Llosa, quisieron, como ya hicieran el año pasado, demostrar sus habilidades con el baile más tradicional y salieron a dar unos pasos ante el numeroso público. El broche final al día grande de Sant Carles y al son de la música del grupo UC fue la degustación de los aperitivos que habían preparado para la ocasión los estudiantes de la Escola Muncipal de Formació. N. Salazar

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«Es un reto muy importante para ellos, ya que son las fiestas del pueblo y tienen que dar un servicio totalmente profesional», explicó ayer Alicia Torres, coordinadora de la Escola Municipal de Formació de Santa Eulària. 28 jóvenes que están haciendo, desde hace tres semanas, los cursos CAPI de auxiliar de cocina y de repostería de Santa Eulària prepararon ayer un aperitivo para unas 200 personas. «Integran algo de cocina tradicional como la sobrasada o, en cuanto a dulces, como el flaó o la graxionera, con la cocina más actual», explicó Torres. De este modo, prepararon unas ocho variedades tanto de dulce como de salado. De este modo, los vecinos de Sant Carles pudieron probar ayer desde una especie de chupa chups de sobrasada hasta unos bavarois de flaó con un toque de licor de hierbas ibicencas.

Para llevar a cabo esta experiencia profesional, los jóvenes han estado estas tres semanas de curso preparando el menú y ayer comenzaron a trabajar a las ocho de la mañana para que todo estuviera a punto. «Hay mucho trabajo detrás para poder hacer esto», comentó uno de los estudiantes que con algo de nervios remataban los detalles del catering.

El año pasada ya se realizó en Sant Carles un aperitivo similar en el que participaron tanto alumnos de cocina como los estudiantes de floristería. Esta idea nace con pretensión de continuidad para las fiestas de los próximos años.