Imagen de archivo de la celebración de un Ferragosto en el Big Sur de Formentera.

El rumor llevaba un par de días en la calle, pero no fue hasta ayer que un empresario lo confirmaba, preservando su identidad por temor a represalias, lo que está sucediendo. Según pudo saber este rotativo, las limitaciones de apertura hacen referencia al kiosco Levante, en la playa de Llevant, y a los 'chiringuitos' Tiburón y Big Sur, ubicados en es Cavall d'en Borràs, los tres dentro del Parc Natural de ses Salines. Fuera del área protegida, también tenían orden de cierre el local Las Banderas, en la playa de Migjorn, y el Rigattone, en es Pujols.

Todos ellos tenían ayer orden de cerrar a las ocho de la tarde, hora en la que los turistas italianos comienzan a congregarse para el 'aperitivo', coincidente con la puesta de sol y que marca el inicio de las celebraciones de su celebración conocida como 'Ferragosto'. Los problemas aducidos para solicitar la clausura a hora temprana se refieren a aglomeraciones, alteraciones del orden público y tener música sin respetar el volumen permitido o a horas no autorizadas.

Según las informaciones que han trascendido, fue la empresa Ibifor la que, de acuerdo con el Consell de Formentera, comunicó a los establecimientos la obligatoriedad de acatar «la orden de cierre», según explicó uno de los afectados. El empresario añadió que los contratos de Ibifor, que explota todos los establecimientos existentes en el Parc Natural de ses Salines, que una simple denuncia por alteración del orden público o aglomeración de personas en la reserva natural implicaba la inmediata supresión del contrato existente.

Años de celebraciones

Uno de los empresarios se mostraba perplejo por la decisión de la Administración insular. «Llevamos años haciendo esto, ha traído un tipo de turismo, y de golpe lo quieren cerrar todo», señalaba. Entre los afectados y otros empresarios del sector, todos ellos reacios a pronunciarse abiertamente sobre un tema tan peliagudo, la impresión es que con esta decisión «se quieren cargar el turismo italiano de agosto», pero «no se dan cuenta de que ello comportará una caída de piezas como en un dominó».

Un restaurador muy relacionado con el turismo y la colonia italiana de la isla, pero sin ninguna vinculación con la zona de playas y por tanto de los 'aperitivos', aseguraba ayer por la tarde que «los medios de comunicación italianos están llamando para saber qué sucede ya que los intereses de empresarios italianos en la isla son importantes y esta decisión perjudica seriamente sus negocios».

Un empresario de Migjorn señalaba que «no se puede suprimir el 'aperitivo', es parte de lo que los italianos buscan y nosotros les vendemos con nuestras puestas de sol». Otro hombre de negocios con intereses en ses Illetes afirmaba: «sin italianos, de un año para otro nos hundimos, no hay recambio inmediato y todos debemos tener en mente que aunque vaya bajando, el turismo italiano en julio y agosto supone más del 50 por ciento de los visitantes de la Isla».

Además de la prohibición emitida por el Consell Insular, según algunas informaciones la Demarcación de Costas de Balears habría abierto varios expedientes contra los mismos establecimientos por diversas infracciones a la Ley de Costas.

«Si no quieren que vengan turistas que lo digan; pero si quieren turistas, que es de lo que vivimos, hay que dejarles que se diviertan, no les podemos mandar a las ocho de la tarde al hotel o al apartamento porque no lo harán y organizarán los grandes botellones del turismo en Formentera», decía un indignado empresario.

«Y los harán en los parkings de los lugares donde antes iban, o en es Pujols, o crearán nuevas zonas como es Cap de Barbaria» apuntaba un restaurador de es Pujols.