La entidad conservacionista Ecologistas en Acción presentó ayer su informe 'Banderas Negras 2009: la crisis, una oportunidad para la costa' en el que destaca 17 situaciones de extremo riesgo para el medio ambiente en las Pitiüses y en el que se resalta el grave daño que puede comportar la ejecución de la ampliación prevista del puerto de Eivissa.

En este sentido, la formación ecologista estima que la intervención es innecesaria y «sólo puede entenderse por intereses particulares, no de necesidad general». «Este proyecto costaría a las arcas públicas 94 millones de euros, de los cuáles sólo se beneficiaría alguna empresa constructora bien relacionada y permitiría a la Autoritat Portuària de Balears (APB) realizar concesiones en el actual muelle comercial (en la zona de la Marina), una de las zonas más cotizadas comercialmente de la ciudad», apunta el informe.

Ecología y economía

La oposición al proyecto se justifica por parámetros medioambientales y económicos. Entre los segundos, se asegura que la idea de la reforma «se planteó en un momento de 'boom' especulativo y de grandes obras» que se plasmó en una previsión de crecimiento exponencial del tráfico marítimo «alejada de la realidad» con la actual crisis que, «de llegar a ser cierta, sería catastrófica para una isla de reducidas dimensiones y que colisionaría con otras actividades económicas, reduciendo mercado».

«Si analizamos el origen del tráfico actual, vemos como gran parte de éste lo origina el suministro de combustibles a la central eléctrica de la Isla y, en este momento, se está llevando a cabo la obra del gasoducto y se está preparando la interconexión eléctrica con Mallorca, obras que supondrán una reducción muy importante en el volumen de tráfico portuario», añade el documento. En cuanto los argumentos conservacionistas, se apunta que la actuación «ocasionaría un impacto ambiental gravísimo: destrucción de la pradera de posidonia colindante al puerto, extracción de 660.000 metros cúbicos de áridos, contaminación de los fondos marinos de Formentera (el litoral de Llevant y los Lugares de Interés Comunitario de la Mola y ses Salines».

También se apunta a una grave afección a ses Feixes por la construcción de un vial que las atraviese para sacar el tráfico rodado del puerto, una actuación descartada por la APB. En ses Feixes también se apunta a la repetición de vertidos fecales desde el comienzo de las lluvias el octubre pasado. Tenemos que señalar que este humedal tiene un importante valor ecológico, cultural y paisajístico y que las administraciones implicadas están favoreciendo su degradación, incluso con finalidades urbanísticas», añade el documento.

Las banderas y puntos negros incluyen los problemas ambientales que generan ocho depuradoras. Igualmente, se remarca que la presencia de chiringuitos en ses Salines excede un 450% el área prevista. Se conceden también banderas negras a Sant Josep por construcción de viviendas en Cala Llentia en 2005, y en Cala Tarida. También se amonesta a Sant Joan por la urbanización de Benirràs. En Formentera, se asegura que la ampliación del puerto de la Savina ha tenido consecuencias en el Parc de ses Salines y se defiende el parque solar de Cala Saona pone en peligro a una especie endémica de la Isla.