Lo primero de todo es que Santa Eulària es el mejor pueblo de toda la isla. Cuando llegué a la isla, en el 77, me encantó y mi marido y yo decidimos montar un pequeño puestecillo para vender artesanía. El paseo s'Alamera es cómodo, limpio, agradable; ni molestamos ni nos molestan. Quiero seguir formando parte de este mercadillo otros 30 años más», comenta sonriente Zumaya Ramos, una artesana vendedora del mercadillo de s'Alamera de Santa Eulària que este año celebra el trigésimo aniversario de su existencia con una gran fiesta solidaria que tendrá lugar este domingo a partir de las 11'00 horas y hasta medianoche. Este evento solidario, cuyos beneficios irán destinados a la Asociación de Sordos y Amigos de Ibiza y Formentera, contará con actuaciones musicales, de baile y actividades para los más pequeños, por ejemplo (la fiesta cuenta con la colaboración de la pizzería Chichos, el restaurante La Rambla, la panadería Horno Francés, el club Punta Arabí, Werner Salewski, Coca Cola, Damm, Sa Nostra y Spar).
Este mercadillo mostró públicamente su cara en 1979 con 15 artesanos: «Al principio era muy diferente. Montábamos en una pequeña tablita, en el suelo y estábamos en dos filas, unos frente a otros. A pesar de los cambios y mejoras, la esencia familiar de s'Alamera se mantiene», afirma Zumaya. Igual que ella, muchos de estos vendedores no se plantean crear su propio negocio en un local: «Aquí estamos situados estratégicamente porque pasa la gente que viene de la calle principal hasta el paseo marítimo y a la inversa; es una de las arterias principales del pueblo», cuenta Patricio Legget, un hombre que llegó a Santa Eulària en 1988: «Y 22 años después sigo aquí», puntualiza sonriente. Para Patricia Moreno, que lleva 18 años con su puesto en s'Alamera, la opción de la tienda resulta «golosa y más cómoda», pero no le resulta convincente: «Aquí vemos árboles, el mar, el cielo y somos más libres». En la actualidad, este mercadillo cuenta con 28 artesanos, cifra en la que se incluyen los pintores del paseo.
Algunos de los vendedores empiezan a montar en Semana Santa. Otros prefieren hacerlo a principios de mayo. Este mercadillo se puede visitar todos los días, excepto el miércoles y el domingo. El horario fuera de temporada de verano es hasta mediodía, mientras que época estival los puestos se mantienen hasta casi las 23'00 horas.
María José Real
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