Los datos de siniestralidad laboral provisionales comunicados por el Ministerio de Trabajo a la Conselleria del Govern del ramo apuntan a que los accidentes de trabajo en las Pitiüses se redujeron el pasado año un 14'22%, una disminución dos puntos porcentuales mayor que la experimentada en el conjunto de Balears.

De confirmarse este descenso, apuntado ayer en Eivissa por la directora general de Salut Laboral del Govern, Paula Liñán, significaría una caída en 445 accidentes respecto a los 3.133 contabilizados en 2007 y dejaría los índices de siniestralidad en 84'8 accidentes por cada millar de empleados.

Liñán destacó que «la reducción en el número de accidentes se ha dado en todos los tipos de siniestro a excepción de los mortales, muy condicionados por incidentes con varios fallecidos como el ocurrido en diciembre en Cala Ratjada, cuando murieron cuatro personas por el hundimiento de un hotel en obras».

Mucha burocracia

Liñán dio estos datos durante una reunión de trabajo que mantuvo con representantes del sector de la construcción de las Pitiüses en la sede de Vila de la Pimeef y en la que también estuvieron presentes representantes de la Inspección de Trabajo.

En dicho encuentro, las administraciones explicaron el trabajo de los servicios de vigilancia laboral y escucharon las reivindicaciones de los empresarios del sector. En este sentido, el presidente de la Asociación de Construcción y Derivados, Juan Andrés Roig, señaló que «la conclusión más evidente es que sigue faltando un esfuerzo por parte de empresarios y trabajadores en que la seguridad se vaya mejorando».

Las reclamaciones de mejoras no son sólo hacia las empresas. Roig explicó que, de cara a la administración, nos quejamos de que hay un exceso brutal de burocracia y documentación que hace que las empresas se preocupen en tener los papeles en marcha y no en que esos papeles sirvan para mejorar la seguridad de las empresas».

En este sentido, Liñán recordó que «en el Govern sólo somos gestores de la ley, no la cambiamos», aunque se ofreció a hablar con los otros actores del sector (arquitectos, aparejadores y consultoras de seguridad) para tratar de mejorar la información que se da a las empresas y tratar de reducir así las trabas en el mantenimiento de la seguridad en los proyectos.

Liñán consideró que parte de la culpa de la reducción de la siniestralidad se puede atribuir al incremento de uno a cuatro inspectores de su departamento en las Pitiüses, lo que ha permitido aumentar las actuaciones hasta las 348 desde marzo (fecha en que se produjeron las incorporaciones) de las que 37 se pasaron a la Inspección de Trabajo al considerar que existía algún tipo de infracción sancionable.

Por otro lado, el presidente de los constructores explicó que durante la jornada de ayer se les apuntó la posibilidad de que, a partir del próximo año, la Inspección de Trabajo cuente con un tercer inspector, lo que permitiría una mayor actividad de vigilancia.