Aunque el romance tiene su origen en los siglos XV y XVI su influencia en la música ha llegado hasta la época contemporánea. El músico y compositor Joan Murenu ofreció ayer en la escuela Can Blau de Sant Agustí una conferencia bajo el título Romancet tradicional, origen, evolució i actualització. «De cada cultura y de cada país surge un romancero. Está el romancero catalán, el francés o el castellano y a través de éstos se elaboró la crónica de lo que pasaba. Se escribía la historia de un país y responde a la seña de identidad de una sociedad», explicó Murenu acerca de su importancia. Sobre su influencia explicó que «en los años 30 y 40 la canción francesa está muy influenciada por el romancero, aunque no se diga o no se sepa el origen de estas canciones». Este hecho ha permitido que también se haya conservado y actualizado. «Cuando una sociedad, en este mundo globalizado, va perdiendo sus señas de identidad se da una reacción a este hecho que hace que surja el deseo de recuperar y se haya trabajado en su conservación y actualización. Por ejemplo la nova Canço catalana con gente como Remei Margarit o Josep Maria Espinás, entre otros muchos, tienen una clara influencia del romancero catalán», añadió. Según Murenu el romance es muy actual, «nosotros en el disco de Resonadors hemos hechos una adaptación en la canción de Sona, viola, sona que es un romancero, con una estructura similar a los que tenían originariamente, con versos octosílabos e incluso coinciden en la manera de contar las historias», matizó. Joan Murenu recordó que la canción que grabaron The Beatles en el año 1966, Eleanor Rigby, que cuenta la historia de esta mujer «tiene frases musicales que recuerdan al romance», explicó.

«El romancero cuenta la historia, pero la historia en letra pequeña. Las historias que encierra la historia, aquellos pequeños acontecimientos que forman parte de la historia desconocida de un país», concluyó.