La clave para tocar el didgeridoo es perder la timidez, experimentar y sobre todo ensayar en casa», explicó el profesor Diego Prepelichi, minutos antes de la primera clase del taller que imparte estos días en el Casal de Joves de Eivissa para aprender a tocar este instrumento de viento australiano.

Antes de empezar, Prepelichi explicó a sus alumnos que el didgeridoo proviene de los aborígenes australianos: «Ellos lo tocan para las fiestas, rituales y cualquier tipo de celebración. Lo crearon a partir de ramas y troncos de eucaliptos que vaciaban previamente las termitas. Mide entre seis y 12 centímetros de diámetro y su largo puede llegar hasta dos metros y es el que determina la gravedad del sonido». Al tratarse de la primera sesión, Prepelichi quiso especificar a los que acudieron a este curso que se trata de unas sesiones con las que cada uno debe experimentar para encontrar su propio estilo en el didgeridoo. Para ello es fundamental controlar la respiración y aprender a trabajar con el diafragma: «La emisión del sonido es lo más importante, por lo que es conveniente practicar la respiración cíclica, que consiste en inhalar aire mientras exhalas. De esta manera podemos conseguir un sonido limpio». El profesor aseguró que no hay un paso a paso exacto para aprender a tocar este instrumento: «Lo principal es saber controlar la respiración. También es importante tener los pies en la tierra, dejar los problemas a un lado y concentrarse para conseguir que el sonido que salga sea bueno». Además, según señaló, con la respiración cíclica se consigue tocar durante un tiempo ilimitado.

Este curso dura seis días: «Por ello será un intensivo con el que les enseñaré algunas de las principales técnicas, pero después es importante que trabajen en casa y sobre todo que venzan la timidez. Los primeros días les da vergüenza tocar delante de los compañeros, pero cuando tocan en casa y ven que les sale un sonido bueno y bonito se animan a mostrarlo delante de la clase».

El didgeridoo es un instrumento que se utiliza mucho en musicoterapia, pues con él se guían las meditación y se consigue una profunda relajación. Esos beneficios también se expanden al plano físico porque se consiguen desbloquear tensiones musculares.

María José Real