El Consell ha contratado a 21 trabajadores durante seis meses para desarrollar proyectos de conservación del patrimonio paisajístico gracias a la aportación de fondos europeos. Entre las labores que desarrollan estos operarios está la restauración y conservación de patrimonio rural como pozos, aljibes o paredes de piedra. También hay otra vertiente para reparación mantenimiento de red viaria, mantenimiento de rotondas y cunetas y prevención de incendios (limpieza de bosques). También se realizan intervenciones en fincas públicas del Consell.

El objetivo principal es dar trabajo a desempleados, a los que también se les ofrece formación sobre riesgos laborales y sobre gestión de residuos. Desde la máxima institución insular explicaron que los desempleados de la construcción, por ejemplo, pueden aprender nuevas técnicas al restaurar arquitectura tradicional. De hecho, a muchos de estos trabajadores que se forman a través de estas brigadas luego se les deriva hacia otras ocupaciones.

El Consell considera que de esta forma se promociona el empleo verde, relacionado con temas medioambientales.

Las brigadas, que trabajan desde noviembre a mayo, cuestan 321.572 euros. 289.934 proceden del Servei d'Ocupació de les Illes Balears (SOIB), 8.637 del Consell d'Eivissa en gastos de personal y 31.000 para gastos en material.

Los servicios a desarrollar deben tener interés general y social. También se busca crear trabajo en nuevos nichos profesionales a través de acciones dirigidas a la protección y conservación del patrimonio paisajístico y el medioambiental.

Una de las labores de estas brigadas es la detección de vertederos ilegales, algo que según fuentes del Consell, «da muchísimo trabajo» porque hay una gran cantidad de ellos. Sólo en el parque natural de ses Salines hay unos cuantos y se pueden encontrar desde coches, lavadoras viejas o perros muertos. Lo más habitual es que los trabajadores hagan batidas por la isla para encontrar estos puntos de acumulación ilegal, aunque sólo actúan sobre zonas de uso público.