La Conselleria de Medi Ambient calcula que en 2008 pasaron por la playa de ses Salines (Eivissa) 666.252 personas, una cifra muy parecida a la que se registró en las playas de Illetes y Llevant (Formentera), donde la afluencia fue de 616.000 visitantes.
En mucha menor medida le sigue la playa de es Cavallet, con 252.663 playeros. En total, desde la Conselleria calculan que 1.537.016 personas han visitado el parque natural en 2008, ya que alrededor de 2.000 personas vienen por visitas de educación ambiental y de agenda de actividades del propio parque. Estos datos están extraídos de los estudios de frecuentación y de movilidad que se han realizado en el último año.
6.000 barcos
A esto hay que sumarle los 6.620 barcos que utilizaron este verano las boyas ecológicas del programa Life Posidonia, situadas en el área del parque natural: ses Salines, s'Espalmador y Caló de s'Oli.
La presión sobre este parque natural es muy fuerte, ya que el segundo parque que recibe más visitantes en Balears es el parque nacional de Cabrera, con 76.541.
Para regular la cantidad de visitas terrestres, el Consell d'Eivissa ya ha adjudicado el anteproyecto que deberá definir la forma en la que se controlará el acceso a ses Salines para evitar la masificación de vehículos en el parque natural. Este documento, que se consensuará con la dirección general de Biodiversitat, con los ecologistas y con Salinera Española, pretende dar una solución para regular la afluencia masiva al parque natural. Por un lado determinará el número de vehículos máximo que podrán entrar hasta los aparcamientos de las playas. Además, definirá la ubicación y capacidad del aparcamiento que se quiere situar en los límites del parque para que los visitantes puedan dejar ahí sus vehículos y acceder hasta la playa en autobús. Pese a que esta actuación se hará con dinero del convenio de carreteras, la misma vía apenas se tocará. Lo que sí quiere el Consell es intentar poner carriles bici, que podrían ir encima de los estanques por un posible sistema de pasarelas.
Desde la Conselleria de Medi Ambient han dejado en manos del Consell y del Ayuntamiento de Sant Josep el control de la afluencia de vehículos a esta zona. Desde ambas instituciones han lamentado en numerosas ocasiones el caos que se forma en verano para poder acceder a las playas, sobre todo en Eivissa. Por eso, la idea común es que se debe habilitar un estacionamiento de vehículos en el límite del parque natural y establecer un servicio de autobuses hasta las playas. Para el verano de 2009 la solución que se tomará será transitoria, porque es complicado que se pueda disponer de un aparcamiento en tan corto plazo de tiempo.
La carretera de ses Salines tiene una intensidad media diaria de circulación de 5.100 vehículos, aunque la diferencia entre verano e invierno es muy importante. La vía, de 5,6 kilómetros, tiene una amplitud de nueve metros.
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