EUROPA PRESS-EIVISSA

El responsable de la campaña de Pesca de Greenpeace, Sebastián Losada, considera que el anuncio de la creación de un santuario del atún rojo en aguas del sur de Formentera «es sólo un acto simbólico».

Losada realizó estas declaraciones tras analizar los acuerdos alcanzados en la reunión anual de la Comisión Internacionales para la Conservación de esta especie en el Atlántico, donde, pese al compromiso del Ministerio de Medio Ambiente de hacer todo lo posible para la declaración de este espacio, el plan aprobado tan sólo pide identificar las zonas de reproducción con vistas a su discusión en el año 2010.

Greenpeace se suma, así, a la postura de entidades de defensa medioambiental como Océana o Ecologistas en Acción. La organización demanda un cierre de la pesquería hasta la aprobación de un plan de recuperación adecuado que incluya la interrupción a la pesca de cerco durante los meses de mayo, junio y julio y el establecimiento de reservas marinas para la protección de las zonas de reproducción del atún. Losada justificó esta petición aludiendo que los propios técnicos de la Comisión Internacional han cifrado en 15.000 toneladas las capturas máximas para no esquilmar esta especie, mientras que la realidad, «vigente en la falta de actuación de los gobiernos permitirá la captura de 22.500 toneladas, de forma legal, y rozará las 30.000 por la falta de inspecciones».

El nuevo plan de gestión no protege a la población reproductora de atún rojo y sólo acorta la temporada de pesca de cerco, el arte responsable de la mayoría de las capturas ilegales, en diez días, matizó.

Para Losada la posición defendida por España durante la Decimosexta reunión anual de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico únicamente ha favorecido a los grupos industriales que operan en el Mediterráneo oriental y central. Estas son las zonas donde existe un mayor descontrol y en las que se han producido más infracciones de pesca ilegal en los últimos años. Las flotas artesanales, como las que operan en las Pitiüses, se han visto claramente perjudicadas por la posición española, según denunció el ecologista en 'A estas Horas'.

Para Greenpeace, el resultado de la cumbre supone «un desastre y un escándalo», ya que arroja una incapacidad manifiesta para gestionar la recuperación del atún rojo en el Mediterráneo. Por esta causa, la organización ecologista buscará la protección de la especie a través de otros canales, como la solicitud de sanciones comerciales por parte de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas (CITES).