¿Duele mucho? esa era la pregunta más común entre las adolescentes del instituto Santa María de Eivissa que se vacunaban contra el virus del papiloma humano en la campaña que ha iniciado recientemente la Conselleria de Salut dirigida a las adolescentes de 14 años con el objetivo de prevenir el cáncer del cuello de útero y que afecta a unas 700 niñas de Eivissa y Formentera.

La vacunación se realiza a través del servicio de enfermería de los centros de salud y, en esta ocasión, dos enfermeras del centro de Can Misses, Mónica y Montse, fueron las encargadas de desplazarse hasta Santa María para suministrar la primera dosis, de las tres que hay en la vacuna, a medio centenar de chicas. Paralelamente se vacunaba también a los profesores de la gripe.

Los centros de salud de la isla se reparten la vacunación entre los institutos. «Hay muy buena aceptación. Es una vacuna muy popular. Entre otras está la gente muy reticente pero en esta no», dice la coordinadora de Enfermería del centro de salud de Can Misses, Antonia Tur. Sólo Can Misses suministrará 120 dosis de vacunas a las adolescentes nacidas en los institutos. A pesar de ser una vacuna nueva, está teniendo mucha aceptación. «Muchas madres ya la han comprado y saben que es una vacuna muy cara, más que algunas otras, y la aceptan muy bien», añade.

Algunos profesionales sanitarios expresaron su temor a que esta vacuna «cree una falsa seguridad y dejen de usar el preservativo» ya que hay enfermedades de transmisión sexual que son muy graves como el sida o la hepatitis C.

En este sentido, el responsable de atención primaria de Balears no cree que haya más relajación en el uso del preservativo entre los adolescentes. «Hay enfermedades de transmisión sexual sobre las que no actuamos con esta vacuna y tiene que ser una estrategia global. Tenemos que vacunar pero también hacer incidencia en el uso del preservativo y hacer citologías», insistió Joan Pou.

El virus del papiloma humano desarrolla el cáncer del cuello de útero. Esta vacuna, que ha generado una cierta discusión ya que por su coste se podía haber destinado a investigar otras enfermedades más graves, «es un elemento más de la prevención del cáncer de cervix», subrayó el responsable de Atención Primaria y del 061 de Balears, Joan Pou, que recordó que la decisión de administrar la vacunas es del consejo interterritorial de salud en la que están todas las comunidades.