El Consell ya ha adjudicado el anteproyecto que deberá definir la forma en la que se controlará el acceso a ses Salines para evitar la masificación de vehículos en el parque natural. Este documento, que se consensuará con la dirección general de Biodiversitat, con los ecologistas y con Salinera Española, pretende dar una solución para regular la afluencia masiva al parque natural. Por un lado determinará el número de vehículos máximo que podrán entrar hasta los aparcamientos de las playas. Además, definirá la ubicación y capacidad del párking que se quiere situar en los límites del parque para que los visitantes puedan dejar ahí sus vehículos y acceder hasta la playa en autobús.

Pese a que esta actuación se hará con dinero del convenio de carreteras, la misma vía apenas se tocará. «Queremos arreglar todo lo que le rodea, porque no hay que ampliarla y sólo intentaremos que tenga carril bici», explicó el conseller de Mobilitat, Albert Prats, que ha pedido a la empresa que debe realizar el estudio que aporte una solución para que haya un carril separado para bicicletas. Ello no es fácil porque la carretera está justo al lado de los estanques. Por eso se estudiará un posible sistema de pasarelas encima del agua.

Prats remarcó que el proyecto debe cumplir los condicionamientos que marca el hecho de estar en un parque natural. Entre otras cosas, el anteproyecto deberá fijar cuántos aparcamientos hacen falta y marcar al construcción de equipamientos para los párkings de vehículos y bicicletas, siempre teniendo en cuenta cuáles son las mejores ubicaciones desde el punto de vista medioambiental. Asimismo se deberá estudiar la frecuencia de los autobuses que conectarán el aparcamiento exterior con las playas.

Como el proyecto definitivo todavía tardará en ponerse en marcha, el conseller anunció que buscará una solución transitoria para el verano que viene. Esto también se le pedirá a la empresa que realizará el anteproyecto. Pero para ello se necesitará ya un espacio de aparcamiento fuera del parque natural. «El terreno todavía se tiene que mirar y ocupar, no sabemos si se expropiará y eso es complicado», explicó Prats, al que le gustaría llevar adelante el proyecto de ses Salines dentro de esta legislatura.

Este estudio, que salió a concurso por 59.728 euros, deberá ser elaborado en cuatro meses. La carretera tiene una intensidad media diaria de circulación de 5.100 vehículos, aunque la diferencia entre verano e invierno es muy importante. La vía, de 5,6 kilómetros, tiene una amplitud de nueve metros y de seis en el tramo final