os presidentes de las asociaciones de oveja, cabra, gallina y conejo ibicenco decidieron hace uno año unir sus fuerzas en la Federación Pitiusa de Razas Autóctonas (Fepira). «Queremos rescatar estas razas, que están en peligro de extinción, y forman parte del patrimonio de Eivissa», explica Angie Debelius, secretaria de la FEPIRA. La situación de extinción de estos cuatro animales más el porc negre de Formentera se debe a que cada vez hay menos gente que trabaje la agricultura y la ganadería: «Con el paso de los años, la población que se dedica al campo ha envejecido y los jóvenes no se quieren dedicar a la agricultura y ganadería porque es muy duro, por lo que los que ya se dedicaban al trabajo en el campo decidieron trabajar con animales más productivos. Por ello trajeron especies de fuera. Esto ha generado que con el tiempo haya cada vez menos animales ibicencos». Para evitar una mayor desaparición de la raza pitiusa de gallinas, cabras, conejos, oveja y el porc negre estas asociaciones trabajan agrupadas en la FEPIRA realizando estudios y proyectos para garantizar la supervivencia de estos animales.
La oveja se encuentra en grave peligro de extinción. En la actualidad existen 150 ovejas ibicencas en la isla. Juan Riera, presidente de la Associació de Criadors d'Ovella Eivissenca, tiene 108 en su finca y tres machos con los que en la actualidad está elaborando un banco de semen: «De esta manera si se extiende una enfermedad, por ejemplo, se podrán inseminar a las hembras». Otro de los proyectos que se encuentran en marcha es la inseminación de un grupo de 15 ovejas para ver cómo responden al tratamiento y comprobar si es mejor inseminarlas o que se reproduzcan con el contacto directo con el macho: «Es la primera vez que hacemos inseminaciones. Si funciona continuaremos», explica Riera. La tradicional oveja ibicenca se caracteriza por ser de color blanco, aunque genéticamente también puede tener la lana negra. Asimismo se caracteriza por ser un animal tranquilo, que proporciona leche y quesos muy apreciados por el consumidor.
María José Real
La cabra pitiusa tiene mucha variabilidad morfológica, por lo que resulta complicado definir sus características. Este tipo de cabra ha recibido este año la catalogación oficial de especie en peligro de extinción, por lo que la Associació de Criadors de Cabra Pitiusa enmarcada en la FEPIRA está centrando buena parte de sus esfuerzos en recuperarla. «El Govern Balear financiará un estudio con el que se establecerá cuál es el genotipo de la cabra ibicenca, esto quiere decir que se especificarán sus características fisiológicas, que se definirán como raza», explica Angie Debelius, secretaria ejecutiva de FEPIRA. En esta definición de características aparecerán parámetros como el tamaño (es mediana con tendencia a ser grande), de proporciones alargadas, con capa de colores variables (negro, blanco y marrón), aunque predomina el color negro sobre el castaño y las manchas blancas sobre las capas de color uniforme, extremidades largas, fuertes y bien aplomadas, cuello largo y un costillar un poco arqueado.
Las hembras tienen el pelo corto, mientras que los machos tienen el pelo más largo y mucho más abundante. Asimismo suelen tener una abundante barba. Las cabras pitiusas se encuentran en pequeñas explotaciones de Eivissa y Formentera. Las cabras producen cabritos para consumo y leche que se destina a elaborar quesos.
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