Reducir la presión fiscal a los ciudadanos, bajar el gasto corriente municipal, priorizar las inversiones en infraestructuras y optimizar las partidas que ayuden a la adquisición de vivienda o a la cualificación profesional, son los criterios en los que se basa el plan de ajuste presupuestario que el PP de Vila presentará al equipo de gobierno como respuesta a la situación de crisis económica. El plan fue presentado ayer por la portavoz Virtudes Marí y por los concejales de la oposición Adrián Trejo y Jaime Díaz, que destacaron que con este plan, el Ayuntamiento podría ahorrarse hasta cuatro millones de euros al año.

La propuesta de ahorro incluye la reducción de los sueldos de los cargos de los órganos de gobierno en un 10% y el recorte en un 30% de la plantilla de los cargos de confianza. Asimismo plantean que con carácter general «sólo habría que autorizar el crecimiento de la plantilla para cobertura a los servicios sociales y de seguridad», así como generar ahorros mediante «la contención de los gastos destinados a la publicidad, publicaciones, comunicaciones y material de oficina». Por otra parte, los 'populares' piden la reducción en los gastos de protocolo y representación en los que Vila gasta «unos 265.000 euros».

Marí hizo hincapié en la necesidad de reducir la presión fiscal a los ciudadanos en esta época de crisis, y destacó que el Ayuntamiento «tiene que ser solidario con las personas y con las empresas». «No puede ser que en un momento de crisis se sigan subiendo los impuestos o creando nuevas tasas», apuntó Marí para quien el Ayuntamiento se encuentra ante un escenario de bajada de ingresos municipales». «Se ha producido una drástica bajada por todo lo relacionado a la construcción y la matriculación de vehículos, y creemos que no se puede aguantar este nivel de ingresos por vía de nuevos impuestos y sanciones a los ciudadanos», concluyó.