Forjado en la cantera popular

Miquel Jerez Juan (Palma, 1974) ha alcanzado sin pretenderlo lo que sus amigos ultimamente le animaban a intentar y que él siempre eludía con un «¿Presidente yo, qué va». Jerez coje los galones del partido en un momento difícil y en el que por primera vez las familias populares se presentaban divididas. Quizás, por eso, por no pertenecer a ninguna familia y por no tener un apellido de peso él es el elegido. Por eso y porque a lo largo de todos estos años como militante ha demostrado desde que entró en Nuevas Generaciones (donde alcanzó la presidencia) que es un hombre de partido, una persona que siempre ha antepuesto su fidelidad al PP a cargos públicos, como el de conseller o concejal. Quizás su peor trago lo pasó cuando en 2003 Alex Minchiotti y él quedaron relegados de las listas del Consell por Diego Guasch y Stella Matutes, dos jóvenes como ellos que sin haber arrimado el hombro por el partido les cerraban las puertas de la máxima institución insular. Jerez, como ha hecho siempre, aceptó de buen grado su condición y pasó a engrosar las listas populares del Parlament, donde es diputado desde 2003. Su trabajo dentro del PP insular y en el Parlament no ha pasado desapercibido en Palma, donde está muy bien considerado. El futuro presidente del PP de Eivissa tiene ante sí un difícil reto: renovar el partido de ideas y de nombres. El suyo, de momento, está ligado a Palau y Cardona, sus jefes dentro del vestuario hasta hoy; y es ahora donde deberá tirar de galones para no dejarse interferir por pesos pesados externos, que en los últimos tiempos, y él lo sabe, no han hecho ningún bien al partido.