Redacción Local30/08/08 0:00
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El Consell Executiu d'Eivissa aprobó ayer «dirigirse al Govern con el fin de pedir la continuidad de los contenidos específicos de Eivissa y Formentera, así como de Menorca, en la programación de IB3», en referencia al fin de las desconexiones locales de los informativos previstas en el nuevo contrato de la radiotelevisión autonómica y que supondrán, además, el despido de un 25% del medio millar de empleados subcontratados en las Pitiüses.

«En cualquier caso, el Consell pide que se mantenga, e incluso que se aumente, la cuota de presencia y de peso específico de Eivissa, Formentera y Menorca, tanto en los informativos como en la programación general», continúa la resolución.

La institución insular reconoce que se deben tomar medidas «para reducir la importantísima deuda acumulada la pasada legislatura» pero matiza que «esas medidas no pueden pasar por la reducción de contenidos y producción en Eivissa, Formentera y Menorca, ya que eso supondría poner en peligro una de las razones de ser principales de este medio informativo: convertirse en un eje vertebrador de la Comunitat y reforzar el conocimiento de las realidades insulares». Por último, el Consell destaca el papel que IB3 debe realizar para «potenciar» la industria audiovisual, «que cuenta con un número importante de empresas y profesionales en éste ámbito».

Por otro lado, la Federación Socialista de Eivissa (FSE-PSOE) emitió ayer un comunicado en el que se pronuncia «firmemente partidario de mantener informativos pitiusos con desconexión local» para favorecer la «cercanía» de los contenidos de IB3 y que los ciudadanos «sientan como suyas» la radio y la televisión públicas. Los socialistas también reclaman que se amplíe la producción local de contenidos.

En el comunicado, la FSE carga contra el PP «que el apagón digital llegaría en 2009 y que se debería solucionar esta cuestión». Los progresistas acusan a los populares de hipócritas por «rasgarse las vestiduras» por algo que debían haber solucionado. Además, aseguraron que los populares promovieron un modelo «con delirios de grandeza que no se ajustaba a un presupuesto razonable ni contenido».