La Eivissa tranquila vuelve a estar en el primer plano de las opciones para la desestacionalización del turismo y, en este caso, de forma asociada con los 'short breaks' o escapadas para desconectar, un concepto turístico con una demanda creciente y unos touroperadores interesados en potenciar este nicho de mercado. Siguiendo este espíritu, el Consell Insular d'Eivissa presentó a primeros de mes al Ibatur su proyecto 'Ibiza slow breaks', una propuesta que pasará posteriormente a Turespaña para tratar de que las administraciones nacional y autonómica aporten cada una un tercio del presupuesto de esta iniciativa (unos dos millones cada una de los 5'8 millones totales) a tres años. El resto lo aportará el Consell junto con los ayuntamientos interesados en colaborar.
«Así como en verano normalmente hemos tenido unas vacaciones de duración larga y ahora nos preocupa que se acorte la temporada, de cara a los meses fuera de temporada lo que pensamos que podría tener éxito es preparar actividades y paquetes para estancias de corta duración», explica la consellera insular de Turisme, Pepa Marí. «La visita de corta duración puede ser un congreso, venir para una boda o un fin de semana largo. De alguna manera, estamos intentando captar ideas que se relacionen con la imagen de la Eivissa tranquila y de filosofía 'slow', diciéndole al visitante que, sea por el motivo que sea, si viene a la Isla puede tomárselo con calma», añadió.
Recopilar la oferta
Para poder desarrollar este proyecto para la promoción y mejora de los valores intangibles (Turespaña ha abierto una línea de financiación para el impulso de los productos inmateriales de la misma forma que anteriormente promovía los planes de excelencia para remodelar físicamente las zonas turísticas) habrá que realizar una fase de prospección y otra de comercialización.
«Una de las partes es trabajar in situ buscando qué productos se pueden ofrecer y quiénes están interesados en abrir en invierno. Por otra parte está la forma en que lo vendes. Para eso necesitas unas agencias de viajes, unos canales de distribución, vendérselo a los touroperadores», aseguró la consellera.
«Se ha trabajado para buscar todas las posibilidades que tiene la Isla para hacer cosas, para desarrollar actividades y ponerlas en forma comercial; es decir, reunir todo de forma que se puedan hacer paquetes comerciales con diferentes actividades e información de la oferta cultural y de ocio disponible, alojamiento, restauración, etc», añadió. «Por ejemplo, alguien puede venir a una convención, acceder a reservas en un restaurante, apuntarse a una ruta cultural para su tiempo libre y, al tiempo, contratar un coche de alquiler», apuntó Marí.
La elección del concepto 'short breaks' permite no cerrarse a ningún tipo de turismo en particular, puesto que se pueden realizar paquetes personalizados que unan ofertas propias del turismo de negocios, del gastronómico, cultural o de cruceros, entre otros.
La propuesta incluye el aprovechamiento de la web 2.0 (páginas que permiten recabar información para mejorar y personalizar los contenidos) creando portales cuyo objeto es atraer a los visitantes a los servidores de información y reservas ya existentes. El proyecto también busca la implantación de sistemas de gestión de calidad y medioambiental.
El proyecto presentado por el Consell ha pasado la primera criba, la del Ibatur. El Govern puede enviar tres propuestas a Turespaña y junto a la de Eivissa sólo se han formalizado dos iniciativas abanderadas por el Consell de Mallorca, explicaron fuentes de la Conselleria de Turisme de Balears. En septiembre será el Instituto de Turismo de España el que escogerá para financiar unos 25 proyectos de los más de medio centenar que se espera que se presenten en todo el país. Antes de su envío a Palma, el 'Ibiza slow breaks' fue presentado a los Ayuntamientos y las patronales del sector, que le dieron una buena acogida, según Marí.
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