A un año del hundimiento del buque mercante Don Pedro, de la compañía Iscomar, los bañistas de la playa de Talamanca continúan manchándose con el chapapote que se derramó de los depósitos de combustible y que ahora aflora a la zona de baño en pequeñas partículas sólidas aunque «sin peligro para la salud». Así lo explicaron desde la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Eivissa, cuyo portavoz destacó que ya se tenía constancia de las manchas de fuel que incomodan a los turistas. «El barco está bien sellado y, por tanto, no es material nuevo, sino que es material que desde el año pasado estaba depositado en el mar y que las corrientes lo van sacando a la playa. Así que lo primero es mandar un mensaje de tranquilidad al respecto», informó la portavoz de la concejalía que destacó que el Consistorio tiene previsto dar a conocer esta situación a la Dirección General de Costas «por si estimara que después del verano conviene realizar alguna acción al respecto».

Por otra parte, desde la concejalía recordaron que los estudios sobre invertebrados presentados recientemente por Imedea, el Instituto mixto formado entre la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), señala que los niveles de combustible en la fauna marina son prácticamente nulos o muy bajos, «por lo que no hay motivo para la preocupación en ese sentido». «Evidentemente sí es una molestia o incomidad para los bañistas, pero sin peligro alguno para su salud», concluyó la fuente de la concejalía, quien reconoció que los socorristas no reparten en la actualidad aceite, como sí lo hacían el pasado año, y que sirve para quitar las manchas de chapapote en la piel.