El antiguo complejo deportivo Isla Blanca está siendo rehabilitado por su nuevo propietario que proyecta crear un espacio de iniciativa privada, dedicado a la ecología y en estrecha colaboración con la dirección del Parque Natural de ses Salines.

Bicicletas y motos a energía solar Otro de los proyectos que el nuevo propietario tiene en cartera es el alquiler de motos y bicicletas que funcionen con paneles solares, así como la instalación de fuentes alternativas de energía para el complejo. «Primero lo vamos a rehabilitar y después invitaremos a la directora del parque para ver qué le parece», apuntó Rubio, para quien también sería importante que las instituciones se ocupen de arreglar la depuradora de Platja d'en Bossa, que según señala, provoca vertidos de aguas fecales justo delante del complejo, es decir, en plena zona protegida.

Las instalaciones están ubicadas dentro del área protegida y habían albergado actividades deportivas durante mucho tiempo, gracias a sus cuatro pistas polideportivas y a su piscina olímpica. Sin embargo, hace años que estaban abandonadas, sufriendo la llegada de okupas y vertidos de basura. Así se lo encontró Antonio Rubio, su nuevo propietario, cuando hace tres años decidió adquirir las instalaciones y comenzar conversaciones con la directora del Parque Natural, Paula Goberna, con el fin de darle alguna salida al lugar combinando la ecología, la rentabilidad, la utilización de energías alternativas, y todo ello orientado a la riqueza natural de ses Salines. «De momento lo que estamos haciendo es limpiarlo y reactivarlo para volver a ponerlo en funcionamiento», explicó Antonio Rubio, sobre una labor que no es nada fácil ni mucho menos rápida debido al excesivo tiempo que tardan los permisos en ser concedidos. «Yendo muy rápido pueden tardar un año», agregó el propietario, para quien éste es un proyecto «que muy pocos locos nos atrevemos a hacer». El acondicionamiento del nuevo complejo Isla Blanca buscará contar con el apoyo y la directrices del Parque Natural. En este sentido, las primeras reformas han ido orientadas al parque, con el fin de que la dirección pueda contar con un espacio ya sea como dependencias, centro de investigación, «o lo que ellos necesiten». Además, el nuevo propietario ha reconstruido la piscina en su totalidad y la ha dotado con una rampa de acceso para personas con movilidad reducida. También tiene previsto, por recomendación del parque, hacer un albergue donde estaban los antiguos vestuarios y rehabiltar el restaurante que cuenta con licencia desde hace más de 25 años «para dar servicio a los turistas que vengan a visitar el parque» y servir comida ecológica. En lo que se refiere a las pistas deportivas por lo pronto sólo fueron despojadas de hierros y farolas caídas y podrían ser rehabilitadas como jardines de plantas autóctonas para los visitantes. Sin embargo, éste es aún un proyecto abierto a nuevas posibilidades y, según el propietario, siempre «bajo las directrices del parque natural».