La empresa Semar, nueva concesionaria del antiguo puerto deportivo Ibiza Nueva, restringirá el acceso de los vehículos a las instalaciones mediante barreras mecánicas que sólo permitirán la entrada clientes y trabajadores que deberán disponer de las tarjetas correspondientes a este sistema. Además, después de 30 años, el puerto cambia de nombre y pasa a llamarse Marina Eivissa.

Según explicó el gerente de la marina, Daniel Marí, la instalación de barreras está destinada «a que los clientes tengan cierta privacidad en el puerto» por lo que sólo se permitirá el acceso de la «gente que va a hacer uso de las instalaciones».

«Las barreras son para que no pueda entrar quien le de la gana, sino clientes, gente que viene a navegar y a hacer uso de la marina», agregó Marí, que matizó que el personal de seguridad se encargará de dejar paso a los vehículos ocasionales como pueden ser los taxis.

Por otra parte, el gerente destacó que en quince días, los clientes y visitantes podrán apreciar una exposición de las reformas que la nueva empresa proyecta en la marina. Para ello se ha instalado una caseta que contará «con un vídeo explicativo de cómo quedará la marina cinco estrellas que vamos a hacer», apuntó el gerente, sobre las reformas que comenzarán a final de temporada. Las mismas tienen previsto un coste de 27 millones y, entre otras, estarán destinadas a la construcción de 368 metros de pantalanes y a una explanada en tierra de 1.400 metros cuadrados para el varado de un máximo de 60 embarcaciones.