Los ciudadanos no confían en que el Govern ayude a superar la crisis

Los ciudadanos de Balears no creen que las políticas que el Govern pueda aplicar para suavizar la crisis económica ayuden a mejorar la situación socioeconómica de las familias. Así se desprende del último estudio de la Fundació Gadeso, que, además, incide en que la economía familiar es la principal preocupación de los ciudadanos del archipiélago.

Para los encuestados, el Govern sólo se merece un 3,4 y un 3,5 cuando se trata de resolver cuestiones familiares y relacionadas con las Islas, respectivamente. A nivel internacional, la puntuación baja aún más: el Gobierno recibe un 1,8 y la Unión Europea y las organizaciones internacionales, un 2.

Problemas

El estudio destaca que la máxima preocupación a nivel personal de los baleares es la economía familiar, seguido de la inestabilidad laboral, la vivienda, el paro y la inmigración. Por lo que concierne a los principales problemas de las Islas, la crisis de la construcción lidera la lista, mientras que el futuro de los hijos se convierte en un problema emergente. En cuanto a la puntuación que los ibicencos y formenterenses dan a las instituciones, son los formenterenses los que se muestran más confiandos con las instituciones: puntúan con un 5,3 a su nuevo Consell y un 5,0 al Govern. En lo que respecta a la isla de Eivissa el Govern, el Consell y el Ayuntamiento de Eivissa rozan el aprobado.

Los ibicencos son los más pesimistas de las Islas respecto a la situación económica actual como del futuro a medio plazo. El pesimismo se da tanto a nivel familiar como general. El caso de Formentera es opuesto, en esta isla es donde hay menos pesimismo de Balears, aunque se pone de manifiesto un descenso, tanto en la economía familiar como en la general.

La pregunta surge, precisamente, de la intención mostrada por el presidente del Govern, Francesc Antich, de reunirse con todos los estamentos institucionales, económicos y sociales para intentar hallar algunas medidas que palíen la gravedad de la desaceleración. También, pese a las respuestas, reconoció que difícilmente la solución puede ser local sino que depende del contexto geográfico y económico en que nos hallamos.