l antiguio barrio de pescadores se presenta como una de las zonas más concurridas de Eivissa en verano; una bonita combinación entre lo hippie y lo lujoso. En contraposición a su tranquila vida en invierno, el verano llena sus estrechas calles irregulares de multitud de gente, ya sea de día o de noche. Todo esto, hace de la Marina un lugar imprescindible para visitar durante unos días de vacaciones en la isla.

Los muelles sirven de hogar a los palacios flotantes más lujosos de la jet set, mientras que si nos acercamos al faro podremos contemplar un paisaje único: se trata de Marina Botafoch, con sus luces encendidas, su multitudinario ambiente y, ante todo, la gran cantidad de yates amarrados que forman el mapa de este emergente barrio. Otra curiosidad para hacer una foto es el obelisco que se levanta en el muelle, único homenaje público a los piratas que existe en el mundo.

Paseando por el lugar durante el día, encontramos terrazas de verano, turistas curiosos frente a los puestos hippies de la zona, artistas callejeros, y un lugar muy característico: el Mercat Vell de Eivissa, conservado aún por los comerciantes para vender los productos ibicencos más frescos.

Por el contrario, una visita nocturna por la Marina supone encontrarnos con un gran número de restaurantes y pubs, en las conocidas Calle de la Virgen y Calle Mayor. Calles largas y estrechas donde se unen los estilos, personalidades y tendencias más emergentes del panorama veraniego.

Otra manera de pasar el rato es contemplar las obras de los artistas colocados en la calle o, porqué no, hacerse un retrato para conservar un buen recuerdo del paso por la isla.

Como recomendación, una opción es perderse caminando por este conglomerado de callejuelas y pasadizos, que albergan las tiendas más coquetas y originales de la isla. Marina Bonet